Los otros vascos

Juan José Ibarretxe, el plañidero, ha vuelto a repetir que no descansarán hasta que ni uno solo de los ciudadanos vascos vean menoscabadas su integridad y sus libertades. Pues realmente no da la impresión de deslomarse en ese empeño; hace más de seis meses que ganaron las elecciones, por no hablar de los más de 20 años de gobierno del PNV, y no parece que la situación para los miles de vascos amenazados haya cambiado lo mas mínimo.

Ah! Es que a lo mejor los ciudadanos a los que se refiere el lehendakari son los nuestros, los vascos-vascos, esos que no tienen que mirar debajo del coche cada mañana, que pueden ir todos los días a trabajar a la misma hora y por el mismo sitio, que pueden salir a pasear con sus hijos ó de copas con sus amigos y que pueden airear sus opiniones sin mirar alrededor con precaución y miedo. Tal vez se refiera a esos ciudadanos que son capaces de vivir aceptando resignadamente la rutina de la anormalidad, mirando para otro lado cuando extorsionan, amenazan y aterrorizan a los otros, y se apartan remilgadamente para que no les salpique ni la sangre, ni el sudor, ni las lágrimas de los otros.

Lo decía hace unos días Saramago en el homenaje a Ernest Lluch 'La enfermedad mortal de un pueblo es la indiferencia'. Desgraciadamente, no sólo herida, sino muerta y enterrada está una gran parte de nuestra sociedad. En este lúgubre panorama, una vez más, la iniciativa ciudadana ¡Basta Ya! ha tomado la idem y ha lanzado una campaña de cuñas radiofónicas que se escuchan en todas las emisoras de nuestra comunidad excepto en Radio Euskadi ¿por qué será?, y que reflejan con gran precisión el calvario que sufren cada día muchos miles de vascos, los otros vascos. Escúchenlas, su conciencia, aunque esté ya cubierta por el sudario frío de la indiferencia, se lo agradecerá.