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17 años de cárcel para una ecuatoriana que mató a su hija tras dar a luz

El jurado desaconseja la petición de indulto para la condenada

La Audiencia de Madrid ha condenado a Felicitas Melva Cañar Camacho, ecuatoriana de 24 años y sin papeles en España, a 17 años de prisión por asesinar a su hija en el parque del Retiro minutos después de haberla parido. La sentencia señala que la niña falleció desangrada al no haberle sido anudado el cordón umbilical. El fiscal había pedido 20 años de cárcel por asesinato con el agravante de parentesco. La defensa de la acusada solicitó su absolución al estimar que Felicitas se desmayó y que, cuando despertó, su hija ya estaba muerta.

El tribunal considera probado, de acuerdo con el veredicto del jurado popular, que la mañana del 11 de noviembre de 2000 Felicitas Melva Cañar sintió dolores y contracciones de parto. Se encaminó al parque del Retiro de la capital, donde alumbró a una niña 'que nació viva y sin ningún tipo de malformación congénita'.

Inmediatamente después, la acusada desgarró el cordón umbilical del bebé, 'sin efectuar ningún tipo de nudo que impidiera que [la niña] se desangrara', según consta en la sentencia firmada por la magistrada Consuelo Romera Vaquero, presidenta del tribunal del jurado. Posteriormente introdujo a la niña en dos bolsas de plástico y la abandonó entre unos arbustos del parque. Por este motivo, y según el veredicto del jurado, el tribunal considera a la inmigrante culpable de un delito de asesinato, con el agravante de parentesco, y la condena a pasar 17 años y seis meses de prisión.

En declaraciones ante la sala, la acusada explicó que, después de abandonar a la criatura entre los arbustos, volvió a su domicilio 'como pudo', pero sus compañeras de vivienda la acercaron hasta un centro sanitario para atenderla de un desgarro vaginal producido por el parto. Fue entonces cuando los médicos le preguntaron dónde estaba el recién nacido y, al no obtener respuesta, dieron parte a la policía. El fiscal señaló en el juicio que las fuerzas de seguridad 'tardaron tres días en localizar el cuerpo del bebé' debido a que Felicitas Melva les comunicaba calles y direcciones 'falsas' cuando los agentes le preguntaban dónde había abandonado a la niña.

La condenada aseguró ante el tribunal que su hija nació muerta y que se deshizo del cadáver porque estaba en situación ilegal en España y temía ser expulsada si daba cuenta de ello a la policía. Felicitas Melva indicó que su embarazo había sido fruto de una agresión sexual cometida contra ella 'por el señor' de la casa de Quito (Ecuador) donde trabajaba meses antes de trasladarse a España.

'Tengan compasión'

En su última declaración ante los jueces, Felicitas Melva pidió compasión al tribunal y al jurado. 'Tengan compasión por mí, por mi familia y mi otra hija de cuatro años que está en Ecuador. Veinte años de prisión son muchos para mí. Ellos dependen mucho de mí y he hecho un gran esfuerzo para venir a trabajar a España', rogó.

El fiscal sostuvo en el juicio que la niña nació con vida y que fue la acción de la madre lo que provocó su muerte. Los forenses indicaron que la niña nació viva y explicaron que en sus pulmones hallaron burbujas de oxígeno.

La abogada de la ecuatoriana, María Luz Bleda, sostuvo que su cliente no era autora de ningún delito y aseguró que Melva sufrió un desmayo en el momento de dar a luz y que, cuando despertó, el bebé yacía muerto en el suelo. 'No ha quedado acreditado que Felicitas abandonara a su hija, ni que lo hiciera con intención de causarle la muerte', afirmó. 'Alterada psíquicamente por la muerte de su hija, metió su cuerpo en unas bolsas para que no lo picoteasen los pájaros, y lo dejó allí con la intención de volver a buscarlo más tarde', agregó.

Basándose en el veredicto del jurado, los jueces entienden que la mujer incurrió en un delito de asesinato 'porque se ha destruido una vida humana en un estado de total indefensión, al tratarse de una recién nacida', con el agravante de parentesco. Además, recuerdan que el jurado estimó la existencia de alevosía y se basó fundamentalmente en la prueba pericial 'según la cual manifiesta que la niña nació viva y la causa de la muerte fue el desgarro del cordón umbilical'. El jurado se mostró unánimemente desfavorable a que en la sentencia se respaldara la solicitud de indulto en favor de la encausada.

Felicitas Melva Canar, de 24 años, llegó a Madrid en junio de 2000, procedente de Loja (Ecuador). Sólo un año después ingresó en la prisión de Soto del Real, acusada de haber matado a su hija. La Audiencia acuerda que permanezca en 'prisión preventiva con el límite máximo de la mitad de la pena', siempre que la sentencia no alcance antes firmeza.

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