1.408 golpes y mucha agua

Para recorrer los 20 campos de golf existentes en la Comunidad (cinco de ellos de nueve hoyos y el resto de 18) habría que dar al menos 1.408 golpes (los profesionales podrían bajar de esa cifra). Pero para regarlos, según los ecologistas, hacen falta al menos 20 hectómetros cúbico al año. Según sus cálculos, la hierba consume 15.000 metros cúbicos por hectárea al año, y un sólo campo de golf se bebe tanta agua como una ciudad de 24.000 habitantes.

Y si se lanzaran todos los proyectos previstos, las necesidades hídricas de los campos de golf valencianos subirían a 35 hectómetros, siempre según los ecologistas, casi un 10% de los recursos previstos en el cuestionado trasvase del Ebro que propone el PHN. Normalmente se afirma que los campos de golf se regarán con aguas residuales depuradas, pero los ecologistas niegan este punto ya que afirman que muchos de ellos se sitúan en municipios en los que no se genera la suficiente cantidad de recursos depurados. A su juicio, los campos se acaban regando con pozos de los acuíferos y agua para abastecimiento.

En julio pasado, la Consejería de Medio Ambiente avaló el riego del campo de golf de Algorfa, investigado por el juzgado número 4 de Orihuela, con aguas residuales depuradas destinadas a riego en la Comunidad de Regantes de Torremiguel, un cambio de uso de los recursos que, según la ley de Aguas, sólo puede autorizar la Confederación Hidrográfica del Segura. Según los ecologistas, es ilógico que se defienda el PHN y el trasvase del Ebro si la poca agua que hay se destina al golf.