Enrique Santos Castillo, editor general de 'El Tiempo'
Enrique Santos Castillo, que con 84 años falleció el domingo pasado en Bogotá víctima de un ataque al corazón, fue no solamente uno de los periodistas más importantes de Colombia, sino también el protagonista de un caso insólito en la historia de la prensa, pues, en su más de medio siglo al frente de la Redacción del diario El Tiempo, de esa ciudad, jamás escribió una línea.
Nunca se ha sabido si su alergia por sentarse frente a la máquina o el ordenador se debía a que escribía mal. Y nunca importó. Poseía un formidable olfato para descubrir la noticia, un juicio a toda prueba para saber qué estaba bien redactado, una espléndida capacidad para titular y, más aún, una extraordinaria habilidad para capar, término con el que los reporteros colombianos se refieren a la supresión de fragmentos de un artículo.
Tras estudiar Derecho, Santos entró a El Tiempo en los años cuarenta para compartir la jefatura de redacción con su hermano Hernando. El periódico no le era ajeno. Pertenecía a su tío Eduardo Santos, quien fuera presidente de Colombia entre 1942 y 1946. Además, la columna más célebre, titulada La Danza de las Horas, la escribía su padre, Enrique Santos Montejo, Calibán.
Durante los 36 años que ocupó la jefatura de redacción y los 20 que se desempeñó como editor general, Santos coordinó cerca de 21.000 ediciones de El Tiempo. Metido entre linotipias u ordenadores, siempre de corbata, informó sobre la Segunda Guerra Mundial, la llegada del hombre a la Luna, los feroces atentados de los narcoterroristas, la caída del Muro de Berlín. También sufrió los embates de la censura impuesta en los años cincuenta por el general Rojas Pinilla, el único dictador que tuvo el país en el siglo XX.
En su juventud, Santos viajó a España con la intención de pelear en la guerra civil. 'Me parace loable', le dijo en Madrid su tío Eduardo al enterarse, pero el rostro del viejo de ideas republicanas cambió de sopetón cuando su sobrino le manifestó su deseo de alistarse en las tropas del general Mola. Por ello no heredó una sola acción de El Tiempo. El honor correspondió a sus hijos.
La trayectoria periodística de Enrique Santos Castillo -Don Enrique, como solíamos llamarle los redactores- recibió numerosos reconocimientos. En Colombia fue galardonado, junto con su hermano Hernando, con el Premio Simón Bolívar a la Vida y Obra de un Periodista. Y en Estados Unidos, con el prestigioso Maria Moors Cabot, que concede la Facultad de Periodismo de la Universidad de Columbia. En los años ochenta El Tiempo obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
Enrique Santos Castillo, que hace poco enviudó de Clemencia Calderón, deja a dos de sus cuatro hijos vinculados a El Tiempo. Enrique es uno de los dos codirectores y Luis Fernando es el que lleva la empresa.-
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