'La Filmoteca tiene que ser el lugar de las 'delicatessen' del cine'

PERFIL

Martín Ibarbia (Beasain, 1943) es productor de televisión y, desde hace dos años, presidente de la Filmoteca Vasca, el empeño de cinco amigos cinéfilos por recuperar la memoria fílmica de Euskadi. Ahora, se convierte en una gran institución, amparada por el Gobierno y el consistorio donostiarra

Martín Ibarbia habla de la historia de la Filmoteca Vasca con inusitada pasión y, a pesar de que dice estar deseando terminar su mandato como presidente, es difícil creerle. Trabaja en la entidad desde que la impulsara su actual director, Pello Aldazabal, en 1978. 'Fuimos la segunda filmoteca de España, aunque mientras todas las demás dependen de las comunidades, ésta es la única privada', recuerda.

Esta situación va a cambiar a partir de ahora: 'Vamos a crear una fundación con el Gobierno vasco. El proyecto de la Filmoteca es ya de tal magnitud que no puede estar en cuatro manos'. En 2003, la entidad contará con una nueva sede en la antigua Fábrica del Gas de San Sebastián, que multiplicará por ocho el espacio disponible y le permitirá 'dejar el tono amateur' y convertirse 'en una entidad profesionalizada'. Ibarbia destaca la implicación, 'por fin', de las autoridades. El Gobierno vasco financiará la construcción y el Ayuntamiento ha cedido el suelo.

Pregunta. ¿Con qué espíritu nació la Filmoteca?

Respuesta. Siempre hemos tenido claro, y es nuestra mayor virtud, que teníamos que recuperar la memoria histórica, tanto del lado comercial como del no comercial, de todo aquello que se refiere a los vascos, hecho por nosotros mismos o hecho por los demás. Nos interesan tanto las películas de Pedro Olea, un vasco que hace cine, como las de un tal Smith en California sobre un pastor vasco en Nevada. La Filmoteca busca guardar la memoria histórica.

P. ¿Hay tanto cine vasco y sobre vascos que justifique la existencia de la Filmoteca?

R. Ya lo creo. Desde los comienzos del cine hay un patrimonio que tiene que ver con Euskadi. La película más antigua que tenemos es de 1912. En el País Vasco siempre se ha producido cine, de índole histórico, deportivo,... San Sebastián es una fuente bastante importante de imágenes de la primera época, ya que era un lugar al que venía a menudo la corte real. El País Vasco siempre ha estado vinculado al quehacer cinematográfico.

P. ¿Qué se siente al ver esas imágenes antiguas?

R. El cine es un transmisor de emociones y eso es lo primero que uno siente al ver estos documentos de época. Yo me siento,a demás, compensado por el esfuerzo. La gran valía de esos documentos te hace sentir que has satisfecho tu ambición.

P. ¿De dónde le viene esta afición por el cine?

R. De cuando en mi niñez ataba dos sillas de mi casa y cogía una escoba y me creía que iba a caballo conquistando el lejano Oeste. Yo era Shane, de Raíces profundas.

P. ¿Ha perdido el cine como espectáculo con la pantalla más reducida de los minicines?

R. No, el cine también es un acto individual. Es uno solo el que se pone delante de la pantalla y revive, siente, recuerda, se emociona,... Y todo eso se puede adaptar hasta a la pequeña pantalla del televisor.

P. Así que usted defiende el cine en casa.

R. Sobre todo desde que se comen palomitas y otras cosas en las salas.

P. ¿Qué cine es mejor, el de ahora, el de antes?

R. Clarísimamente el de antes. El cine actual, y me refiero al que se hace en Estados Unidos, ya que es el que se consume en un 80%, ha tenido un desarrollo tecnológico soberbio en detrimento de la originalidad creativa. Es tal el poder de la tecnología que está tapando el talento.

P. ¿Y en Europa?

R. ¿Cuál es el cine europeo? Yo no lo sé. ¿El nuestro? No es nada bueno. Si hay cien películas de cine español al año, sólo funcionan cuatro o cinco, ¿dónde está el resto? ¿Cuál es el cine español que traspasa las fronteras?

P. ¿La Filmoteca tiene que realizar una labor educativa?

R. Estamos implicados en la difusion y divulgación cinematográfica. Pero sí que existe un vacío, ya que la Filmoteca debería dar programación propia en su sede, bien de los documentos que guarda en sus archivos o bien de una programación concreta en función de un autor, una época o un género. Tener el espíritu cineclubista que hubo en los comienzos. La Filmoteca tiene que ser el lugar de las delicatessen del cine.

P. ¿Se va a colaborar con Bilbao o Vitoria para trasladar allí algún ciclo, alguna muestra?

R. El tiempo dirá. La gente de la cultura tenemos un excesivo individualismo con respecto a nuestro propios entornos. Ya hay una colaboración con el Festival de Cine de Bilbao y también con la Semana de Cine de Vitoria, lo que seguramente no es suficiente.

P. Ha habido voces que han reclamado que la Filmoteca Vacsa se instalara en Bilbao.

R. Algunos entendieron que Bilbao era la sede natural, pero no pasó de ahí, fue algo personal. No ha habido polémica. La Filmoteca está en San Sebastián, aquí nació y aquí ha desarrollado su labor. Sin más.