El progresismo universitario, a prueba

Hoy es el primero de los tres días de campaña electoral que culminará con la renovación íntegra del claustro de la Universidad de Valencia. El próximo viernes 29 a las 10 de la mañana arranca el proceso electoral más complejo desde 1983, cuando se consolidó la democracia en esta institución académica secular con la aprobación de la primera y aún vigente Ley de Reforma Universitaria (LRU), bajo el primer Gobierno socialista. Por tanto, el aún no nato órgano claustral será la figura jurídica clave en los próximos meses tanto si decide llevar adelante la aplicación de la polémica reforma universitaria de Aznar, como si opta por una 'declaración de desobediencia civil' -en expresión de uno de los progenitores de la Constitución y rector de la Universidad Carlos III, Gregorio Peces-Barba,- que representa la oposición de los rectores españoles a la Ley Orgánica de Universidades (LOU) que el PP tramita con celeridad en el Senado, para aprobarla antes del 1 de enero.

En estas elecciones, el claustro de esta Universidad con 400 miembros, de los cuales 248 corresponden a PDI (personal docente e investigador), 108 a estudiantes y 44 a PAS (personal de administración y servicios), se juega, según coinciden todas las voces consultadas por EL PAÍS, su capacidad de mostrar a la sociedad que puede revalidar una vez más el talante progresista que la distingue desde hace más de dos décadas. 'Más allá de los naturales roces personales, propios de los problemas cotidianos en los departamentos y aulas, la Universidad tiene que ser capaz de demostrar que en el consenso caben todas las tendencias e ideológias progresistas', reflexionaba el viernes una de las voces universitarias con más legitimidad intelectual, el rector saliente Pedro Ruiz.

La importancia del claustro que nace 'con los días contados', no radica en superdurabilidad: 'No imperarán los intereses de los departamentos, ni de gestión, es una respuesta política donde lo importante será la presentación de candidaturas antiLOU y progresistas', resume el portavoz del STEPV, Toni Viñas. En franca coincidencia, Gonzalo Castillo, secretario general de Fete-UGT alerta, sin embargo, contra 'la aparición de candidaturas promovidas por círculos afines al PP, que pretendan decantar la vocación progresista de la Universidad de Valencia'.Los representantes estudiantiles del claustro definen las estrategias que diferencian a cada asociación, aunque las asociaciones mayoritarias se aglutinan en su protesta a la LOU. Así, será la calle, y no los colegios electorales, la protagonista durante la jornada de reflexión el próximo día 28, que coincide con la tercera jornada de huelga universitaria, que será antesala de la gran marcha estatal del 1 de diciembre en Madrid. La alta participación del PAS y PDI, 71,56% y 64%, respectivamente, en la convocatoria de diciembre de 1997 para la elección del rector del próximo curso, contrastaron con la baja movilización estudiantil, que en aquella fecha alcanzó el 20,70% de los votos.

Para incrementar la participación estudiantil en una convocatoria como ésta, la Universidad de Valencia ha duplicado la publicidad electoral para los universitarios: 35.000 folletos y 1.000 carteles vestirán las facultades y escuelas con las siglas de la campaña. Además de ponerse en marcha el dispositivo de Infovot, un nuevo diseño que permite el escrutinio electrónico, compatible con el manual, para que los resultados de las elecciones estudiantiles puedan conocerse tras el cierre de los colegios, a las ocho.

Dentro del PAS los sindicatos tienen una presencia muy relevante perfilando las candidaturas. En el PDI los sindicatos también actúan, aunque se conjuga una relación de fuerzas que engloba desde intereses ideológicos a departamentales.

La fuerza estudiantil con mayor representación es el Bloc d'Estudiants Agermantats (BEA). Ximo Castelló, el nuevo coordinador de este progresista-nacionalista con 32 claustrales dice 'que no está obsesionado por los votos', y aboga por la continuación de proyectos culturales desde una plataforma que se ha duplicado en menos de cuatro años. El recién llegado dirigente de Campus Jove, Pablo Recuenco, afín al PSPV, aspira a incrementar la horquilla consolidada de 15 claustrales, que se redujo en cuatro el año pasado. Cuatro son los claustrales que tienen la nacionalista AEN y Valencia Universitaria, próximo a UV y dirigido por Marc Cascant, quien también confía aumentar su peso claustral. Julia Guillén, portavoz del CAI (Coordinadora de Asociaciones Independientes), que logró hacerse con 10 claustrales, subrayó el consenso contra la LOU de las fuerzas mayoritarias.

Aún sin haber entrado de lleno en la fase central del proceso, que culminará con la elección del nuevo rector el 26 de febrero, ya se empiezan a insinuar aspirantes a suceder al rector. No obstante, el contexto nacional universitario imprime cautela entendible en este punto: a diferencia del presidente de gobierno que obligatoriamente tiene que haber sido diputado para ostentar el cargo, el rector puede obviar su condición de claustral, basta con su título de catedrático, por lo que conformado el claustro se pueden contabilizar los apoyos para presentarse a rector. Las candidaturas más prefiguradas son la el actual vicerrector Francisco Tomás y el catedrático de Historia de la Ciencia y la del anterior vicerrector, Josep Lluís Barona. Simultáneamente, el denominado movimiento de Mujeres Universitarias se mueve para lograr peso en el gobierno de la universidad.