Rusia arruina el plan de la OPEP para subir el precio del crudo al recortar su producción sólo 50.000 barriles
Rusia se la jugó ayer a los grandes exportadores de crudo. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) esperaba que Moscú dejase de extraer no menos de 200.000 barriles diarios de un total de siete millones para que funcionase su plan de impulsar los precios mediante una rebaja de la oferta de dos millones de barriles diarios desde el 1 de enero (1,5 millones de la OPEP y el resto de los productores independientes).
La OPEP ya había obtenido el respaldo de México y Noruega. Pero Rusia decidió reducir en sólo 50.000 barriles su producción y dio al traste con el plan. El precio del crudo retrocedió ayer casi un dólar, hasta los 19, con lo que se mantuvo en el nivel más bajo de los últimos dos años.
La actitud del Gobierno ruso desesperó al secretario general de la OPEP, el venezolano Alí Rodríguez. Sin embargo, el ex ministro de Energía no perdió los papeles. 'Con las constantes revisiones a la baja del ritmo de crecimiento de la economía mundial es imperativo que todos los grandes productores de petróleo actúen para prevenir ahora lo que será una catástrofe para el mercado petrolero más adelante', dijo Rodríguez.
En un comunicado remitido por la OPEP más tarde, Rodríguez agradece la colaboración de los países ajenos a la organización para impulsar los precios. A México se le agradece que haya decidido dejar de producir 100.000 barriles diarios de un total de tres millones, y a Noruega, que esté estudiando una reducción de entre 100.000 y 200.000 barriles sobre 3,1 millones que produce. A Rusia, la OPEP le agradece que haya 'mejorado' su oferta de reducción de 30.000 a 50.000 barriles diarios sobre una extracción total de casi siete millones de barriles diarios.
Pura diplomacia. La OPEP está que trina con los rusos, según fuentes de la organización. El cartel sabe que 50.000 barriles es una nimiedad, e incluso ha sido considerada una tomadura de pelo por algunos de los ministros de los 11 miembros de la OPEP. La jugada de Rusia es ciertamente confusa. Para algunos analistas es un pulso del presidente ruso, Vladímir Putin, con la OPEP para que el cartel sepa que ya nada puede hacer sin la ayuda de Moscú. Otros interpretan que Rusia quiere arrebatar una buena parte del mercado petrolero mundial que ahora está en manos de los productores de la OPEP y que por este motivo ha iniciado esta 'guerra de precios', como la definió el presidente venezolano, Hugo Chávez.
La decisión de Rusia aleja, pero sólo de momento, según el sector petrolero, la posibilidad de un incremento de los precios de los carburantes.
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