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Crítica:ESCAPARATE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Relatos de amor y muerte

En su preciosa serie Nuevo Rincón, dedicada a la difusión de textos singulares y curiosos, la prestigiosa editorial barcelonesa publica ahora un volumen con dos relatos inéditos del autor de las Elegías de Duino, en impecable edición bilingüe, certeramente comentada por Moira Paleari y sobria traducción de Angela Ackermann.

El gran poeta de Praga Rainer Maria Rilke (1875-1926) escribió estos dos relatos en el periodo comprendido entre sus 16 y 21 años, cuando aún se llamaba René Rilke (poco después, en 1897, cambiaría de nombre a instancias de su musa Lou-Salomé). En esa época, el joven abandonó definitivamente la carrera militar para la que llevaba años formándose y se entregó con violenta pasión a su único anhelo: la creación literaria. Poemas, esbozos dramáticos y más de veinte narraciones breves constituyeron el bagaje de las primeras publicaciones de un autor exigente con respecto a la perfección de su estilo. Rilke se negó a publicar en sus recopilaciones de obras de juventud tanto El consejero Horn como ¿Por qué alborotan los paganos? por considerarlos 'flojos', acaso demasiado inmaduros; tampoco se incluirían nunca en sus 'obras completas', y sólo muy recientemente vieron la luz pública.

EL CONSEJERO HORN /¿POR QUÉ ALBOROTAN LOS PAGANOS?

Rainer Maria Rilke Traducción de Angela Ackermann Pilári Epílogo de Moira Paleari Herder. Barcelona, 2001 94 páginas. 1.300 pesetas

Un Rilke, por tanto, primerizo, pero que sorprenderá al lector por su evidente maestría lingüística y sus excelentes dotes de observación. Por lo demás, en ambas producciones aparecen ya las obsesiones recurrentes en la obra tanto del debutante como del futuro autor consagrado: el amor y la muerte, por supuesto, pero también las exigencias y los sufrimientos inherentes al arte creador, así como lo sorprendente e inesperado de la condición humana, zarandeada por las circunstancias sociales.

En El consejero Horn, un relato cuyo ambiente recuerda un tanto a alguno de los inquietantes cuentos de Hoffmann, Rilke describe -quizá de forma autobiográfica- cómo se satisface la curiosidad de un jovencito por conocer la historia de un extravagante anciano con fama de misántropo: éste resulta ser un poeta sometido a la tortura de haber perdido el estro de la inspiración.

El segundo relato sobrecoge por su dramatismo, y puede leerse como un pequeño manifiesto social; se trata de un cuadro espeluznante ambientado en un sórdido barrio obrero, muy al socaire de una época en que comenzaba a denunciarse públicamente, con sobrados motivos, la esclavitud a la que se sometía a las clases más humildes en ciudades brutalmente industrializadas, carentes de alma.

El volumen constituirá una agradable sorpresa para quienes admiran al autor de los célebres Apuntes de Malte Laurids Brigge, pero también para cuantos sientan curiosidad por asomarse al primitivo taller de una impresionante vocación artística.

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