¿Qué hay de los juicios con jurado?

- Abandono del arbolado público. 'Les telefoneo con un disgusto muy fuerte porque cada vez veo menos atención hacia los árboles de Madrid', dice Francisca. 'Cuando las ramas caídas de los árboles, por los vendavales de estos días, han llenado las calles, nadie se ha molestado en retirarlas y en cuidar de que las heridas por ello causadas no dañen irreversiblemente a los árboles. Claro, que todo lo que cuento', añade, 'es explicable, habida cuenta del abandono que todo aquello que es público encuentra por parte de este Gobierno municipal del PP'.

- Aburridos horarios de reloj. 'Cuando paseas ahora por Madrid ya parece una de esas aburridas capitales europeas que, a partir de las cinco de la tarde, se convierten en cementerios', se queja Laura. 'Antes daba gusto salir, ver las calles llenas aunque fuera pleno invierno. Pero ahora lo único que uno encuentra es soledad. Y todo ello se debe a estos cambios de las horas del reloj que, de verdad, no sé bien a quién benefician, si es que benefician a alguien', dice. Y se lamenta aún: '¡Mira que en un país como el nuestro, donde casi se puede vivir la mitad de la vida al aire libre, desperdiciar ese don de la naturaleza y retirar al personal a hora tan temprana!'.

- Alcorques, no basureros. 'No es posible que la gente siga creyendo que los alcorques de los árboles son basureros', afirma Lorenzo. 'Es que es de sentido común que el árbol, que es un ser vivo, necesita algún espacio propio para poder vivir. No acabo de entender cómo tantos madrileños desconocen algo tan obvio'.

- Enseñas anticonstitucionales. 'El otro día paseaba junto a mi mujer por la plaza de Oriente y resulta que se celebraba una manifestación franquista', cuenta Manuel. 'La democracia trajo los derechos de manifestación y de reunión', señala, 'eso no se me olvida, pero también nos trajo una bandera constitucional que esos manifestantes no respetan, porque emplean otra, con un pollo negro tremendamente feo. Pese al pollo y a la enseña anticonstitucional, nada pasó. Que conste', explica, 'que la prudencia es buena consejera: la policía vigilaba la zona. Pero está por ver que la policía adopte actitud igual de suave, al menos en Madrid, cuando algún grupo de extrema izquierda saca alguna bandera no constitucional', dice.

- Arte no popular. 'Echo de menos subastas de arte con precios populares', confiesa Octavio. 'Esto demuestra que quienes impiden que eso sea viable, tanto pintores, escultores o artistas en general, como sus marchantes, se oponen a que el arte llegue a todos. Que conste en acta', sentencia. 'No hay derecho los precios que adquieren las obras de arte'.

- Tareas para los famosos. 'Me gustaría mucho que la mal llamada gente famosa hiciera algo por la otra gente', comenta Paula. 'Desde hace mucho tiempo no he visto a ninguna folclórica ni a ningún afamado latin lover enseñar un museo a un grupo de niños, o donar sangre, o mojarse en serio en una campaña contra una enfermedad grave o cosas por el estilo. Creo', explica, 'que el mimetismo que una personalidad famosa puede despertar es un factor importante para que la sociedad se comprometa en causas que valen la pena, pero me temo, aunque espero equivocarme, que nuestras gentes famosas no se dan cuenta de nada y creen que como tales pueden vivir del parasitismo y de no hacer nada más que posar. Allá ellos'.

- Labor médica ejemplar. 'Me parece que la tarea callada que desarrollan las llamadas Unidades de Asistencia Domiciliaria en Madrid es digna de ser tenida en cuenta como ejemplo de la medicina con alcance social', recuerda Amparo. 'La mejor profesionalidad se encuentra entre sus médicos, enfermeros y enfermeras, que se entregan a una tarea que no tiene el relumbrón de otras especialidades, pero que humaniza la vida de las personas cuya salud más lo necesita', agrega. 'Y dignifica a la profesión médica hasta el punto más elevado de aprecio y entrega por los demás'.

- ¿Dónde están los juicios con jurado? 'Me parece una vergüenza completa que la fórmula del jurado no se vaya imponiendo en Madrid', protesta Gabriel. 'Es rarísimo que se pueda presenciar un juicio con jurado interesante, nadie sabe dónde se desarrollan o si son a puerta cerrada', comenta. 'Creo que es una manera democrática de impartir justicia y de incorporar a la gente a participar en su administración. Claro que', subraya, 'con la judicatura, el menos evolucionado de los poderes desde el comienzo de la democracia, hemos topado'.

- Carteles trucados por niños. 'Me preocupo -y me río- mucho cuando en los carteles de los ascensores en los que debería leerse Impidan que los niños viajen solos', dice Mara, 'los niños borran las dos primeras letras y el cartel dice así: 'Pidan que los niños viajen solos'.