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Entrevista:Mª J. CANTALAPIEDRA | Profesora de la UPV

'Nadie elige las alternativas a los programa basura'

La prensa rosa o del corazón dejó hace tiempo de dedicarse en exclusiva a aristócratas y artistas para centrar su atención en personas sin escrúpulos que venden su intimidad al mejor pagador. El Departamento de Periodismo II de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la UPV desde ayer hasta el viernes unas jornadas que llevan por título Del rosa al amarillo para indagar 'porqué el rosa ha derivado de una manera tan brutal hacia el amarillo', según explica la profesora María José Cantalapiedra (Barakaldo, 1969), adjunta a la dirección del seminario.

La docente reconoce que es difícil responder a si se puede llamar periodismo a diseccionar sin escrúpulos la vida privada. 'Nadie está obligado a comprar una revista o ver un programa de televisión de cotilleos', asegura. También adelanta que las jornadas no dilucidarán la duda de si la abundancia actual de este tipo de información se debe a la demanda social o si a los ciudadanos aceptan todo lo que los medios les ofrecen. 'No tengo ni idea de si se puede hacer crónica rosa respetuosa. Estamos acostumbrados a oír barbaridades cuando se habla de determinados personajes. Pero es que, salvo de su vida privada, no hay nada que contar de ellos'.

Recalca que la mayoría de los protagonistas de las informaciones llega a serlo a través de exhibir su vida sentimental y, sobre todo, sexual. 'Dame algo saguinario. Háblame de con quién se acuesta, lo demás no importa. Todo sobrepasa ampliamente los límites de lo que es información periodística. El meollo de la cuestión está en si es de interés público. Lo que está claro es que despierta interés', señala Cantalapiedra. Las jornadas incluyen la presencia de profesionales pero también participan otros personajes polémicos como Tamara y Coto Matamoros. 'Nos han criticado por invitarles. Pero la Universidad no puede estar alejada de la realidad. Me gustaría creer que el público prefiere un buen programa a uno malo, pero la verdad es que nadie elige los programas alternativos a los programas basura, en este caso, rosas', argumenta. La profesora señala que habría que responder a si hay que dar al público lo que parece querer, 'algo embrutecedor que adocena el cerebro, o cosas bien hechas y bien trabajadas'.

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