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El Gobierno holandés busca proveedores de hachís terapéutico

Isabel Ferrer

La publicación en el diario agrícola holandés Oogst (Cosecha) de que el Gobierno busca proveedores fiables de marihuana para la próxima legalización de su uso terapéutico, ha cogido por sorpresa al propio Ejecutivo. Los enfermos de cáncer, sida y esclerosis múltiple podrán consumir hachís para mitigar sus dolores a partir 2002, y al menos 20 cultivadores han ofrecido sus servicios a las autoridades. A la vista de la despenalización, algunas aseguradoras subvencionan ya la compra de la droga porque así ahorran en medicinas tradicionales.

La pronta reacción de los cultivadores ha sorprendido al Ministerio de Sanidad, ya que la marihuana para usos medicinales será sometida a rigurosos controles de calidad, igual que la empresa que la suministre. 'A no ser que el mercado de los cafés donde se fuma hachís esté en declive, no entendemos el frenesí de los que nos brindan su ayuda', reconocen fuentes gubernamentales.

Se calcula que el negocio de la marihuana podría mover al año en Holanda 4,1 billones de pesetas, así que la posibilidad de convertirse en proveedores oficiales daría un respiro a muchos vendedores ahora ilegales. De ahí que la Oficina para el Uso Medicinal del Cannabis, organismo encargado de comprar y distribuir en el futuro a las farmacias, seleccione con cuidado a los proveedores.

Ilegalidad actual

'A ver si cambian de una vez las cosas, porque ahora tanto los médicos que recetan marihuana terapéutica como los farmacéuticos quiebran las leyes', ha señalado Ger de Zwaan, director de la fundación holandesa que ayuda a los enfermos necesitados de hachís. Cerca de un 60% de sus 3.000 miembros padece esclerosis múltiple, que aboca a la invalidez a la mitad de los pacientes. Algunos, como Peter Bonnman, de 50 años y ya en silla de ruedas, no han tenido inconveniente en dejarse fotografiar con el aparato que utiliza para calentar la droga y luego inhalarla. 'Me da la energía para seguir viviendo. Si no la uso tengo espasmos y no puedo manejarme', ha dicho, tras reconocer que toma desde 1995 hasta cinco gramos diarios.

La decisión de algunas mutuas de pagar los gastos de un consumo medicinal aún ilegal, aunque no perseguido de forma activa, ha sido aplaudida por las asociaciones de enfermos crónicos. Siempre que el afectado cuente con una receta médica, firmas como DSW no han tenido inconveniente en subvencionar esta terapia a un puñado de sus abonados. Sus colegas de Zilveren Kruis Achmea, con 1,5 millones de suscriptores, también han hecho ya alguna excepción.

La marihuana no cura ni retrasa enfermedades como la esclerosis múltiple, pero alivia de tal modo la rigidez y los espasmos además del dolor, según los usuarios, que acaba reduciendo el consumo de medicinas convencionales adquiridas a precios muy superiores a las 9.000 pesetas mensuales que puede llegar a costarles la droga.

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