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Reportaje:

Una revista de creación viva

El poeta y profesor Juan Carlos Marset dirige en Sevilla la segunda etapa de 'Sibila'

La revista Sibila fue una de las apuestas culturales más refrescantes de la década de los noventa. Dedicada al arte, la música y la literatura, Sibila editó seis números entre 1995 y 1998. El poeta y profesor Juan Carlos Marset (Albacete, 1963), que fue uno de sus fundadores, dirige la revista en Sevilla en su segunda etapa. El número 7 de Sibila ya está en la calle. 'Sibila se echaba en falta. La primera etapa cubrió un espacio que estaba vacío. Las tres dimensiones de las artes estaban tratadas en Sibila con la misma calidad. Era un espacio que no se cubría', dice Marset.

'Hay muy buenas revistas literarias, muy buenas revistas musicales y muy buenas revistas artísticas. Pero me parecía que debía existir ese tipo de soporte común que representa Sibila', comenta Marset, que es profesor de Estética y Teoría de las Artes en la Universidad de Sevilla y autor de los libros de poemas Puer profeta (Premio Adonais en 1989) y Leyenda napolitana. 'Los artistas y los músicos eran los que más me repetían que había que recuperar ese espacio. He intentado hacer la revista que no había en España y que tampoco he encontrado en París, Londres o Nueva York', añade el profesor.

Marset, el jurista Antonio Garrigues Walker y el escultor Juan Muñoz impulsaron el proyecto y lograron el patrocinio de la Fundación BBVA para esta segunda etapa. 'La revista se llama Sibila porque estoy muy vinculado a Nápoles y la idea surgió en mi etapa napolitana. El papel de la revista es napolitano, de Amalfi. En Nápoles vivía la Sibila de Cumas (pitonisa o adivinadora a la que se consideraba poseedora de la inspiración divina). La palabra 'sibila' tiene que ver con la función de luminaria en la historia de las artes. En reconocimiento a Nápoles y su dimensión legendaria Sibila nos pareció un nombre adecuado', señala Marset.

Sibila no es sólo una revista que recoge un disco con música de David del Puerto o textos de Juan Goytisolo, Claudio Magris, José Emilio Pacheco o Gonzalo Rojas, sino que es también 'una experiencia física ella misma'. El papel de la revista es un placer para el tacto. 'Es un papel que se hace en Amalfi desde hace siglos. Se dice que lo trajo Marco Polo cuando regresó de China. En el Valle de los Molinos, en la parte alta de Amalfi, están documentadas más de 20 fábricas de papel. La única fábrica que queda es la Casa Amatruda, que nos hace el papel', dice. 'Todos los textos son inéditos, salvo el de Juan Goytisolo. El de Claudio Magris es una traducción inédita al castellano. Sibila es una revista de creación viva, como las del 27. No es una selección de textos', explica el poeta.

Sibila, que prevé sacar tres números anuales, cuesta 6.000 pesetas. 'La revista es cara y no es de divulgación. Hay en España un público culto e ilustrado, con un nivel económico normal, al que va destinada la revista. El precio de Sibila es lo que te cuesta un compacto doble, una entrada del Betis o una entrada de toros', concluye Marset.

Decenas de focos de cultura

Las revistas culturales 'cumplen', a juicio del director de Sibila, Juan Carlos Marset, 'un papel imprescindible'. 'Las revistas culturales siempre han cubierto lo que no pueden hacer los medios de comunicación: creación, intercambio de ideas entre los artistas... En España hay una tradición de revistas literarias que pasa por América con ejemplos como Sur y Orígenes', explica Marset. En efecto, esa tradición ha marcado la literatura española a lo largo del siglo XX. Por ejemplo, al estudiar la Generación del 27 es fundamental tener en cuenta el decisivo papel de publicaciones como Litoral, Índice o Revista de Occidente. Esta interdependencia entre creadores y revistas siguió patente a lo largo del siglo XX. Decenas de revistas culturales contribuyen a mantener viva la llama del arte, la literatura y la música en España. Hay incluso una Asociación de Editores de Revistas Culturales de España que agrupa a muchas de ellas. Un recorrido por la geografía española da cuenta del esfuerzo de estos focos de cultura. Así, en el campo del arte se pueden citar Álbum Letras y Artes, Guadalimar y Lápiz, entre otras. Andalucía ofrece algunos de los ejemplos más brillantes entre las revistas literarias. Es el caso de la granadina Hélice, la sevillana Renacimiento, la malagueña Litoral o la gaditana Revistatlántica. Estas publicaciones andaluzas se unen a otras españolas de gran calidad, como Bitzoc, Clarín, Ínsula, El Extramundi y los Papeles de Iria Flavia, Lateral, Quimera, Revista de Libros, CLIJ y Turia. El ámbito del teatro y la danza presenta ejemplos como Primer Acto o Por la Danza. Merecen asimismo ser destacadas revistas musicales como Cuadernos de Jazz, Doce Notas, Goldberg, Melómano, Ópera Actual, Ritmo y Scherzo. El cine presenta ejemplos de publicaciones como Dirigido Por, Nickel Odeon y Archivos de la Filmoteca. La crítica de la cultura es un campo ocupado por Archipiélago, Debats, El Viejo Topo, la sevillana El Siglo que Viene, Reseña y Revista de Occidente, entre otras.

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