AZSA sale de la Bolsa para liderar el sector del zinc
La empresa se excluye del mercado en busca de 'mayor capacidad de maniobra'
Asturiana de Zinc, el grupo metalúrgico dominado por la sociedad suiza Xstrata, es la única empresa del sector que se mantiene rentable pese a la fuerte caída de la cotización del zinc-metal. Ahora, su objetivo es convertirse en el primer grupo mundial de zinc.
Asturiana de Zinc, SA (AZSA), que acaba de convertirse en el segundo productor mundial de zinc-metal, pretende asumir el liderazgo absoluto a corto-medio plazo mediante la adquisición de nuevas plantas de fundición y yacimientos de mineral de blenda. Este propósito será más fácil por la reciente integración de AZSA en el grupo suizo Xstrata, según opina el presidente de la compañía asturiana, Santiago Zaldumbide, quien próximamente tomará posesión a su vez como consejero de la sociedad matriz helvética. Xstrata, que cotiza en la Bolsa de Zúrich, controla el 95,7% de AZSA desde hace unos meses.
AZSA acaba de lanzar una OPA de exclusión para dejar de cotizar en Bolsa, y cuyo resultado la empresa ha calificado como 'un éxito', pese a que algunos accionistas minoritarios habían manifestado su descontento con el precio ofrecido. AZSA es la única compañía del sector que tiene beneficios y está manteniendo la rentabilidad bruta del ejercicio precedente pese a la caída en el 25% de la cotización internacional del zinc. La exclusión de AZSA del mercado bursátil está ligada a los planes de crecimiento de la sociedad. 'Permitirá una mayor capacidad de maniobra que permaneciendo como sociedad cotizada', asegura Santiago Zaldumbide. 'La exigencia de información a que obliga la cotización en los mercados bursátiles limita a veces la toma de decisiones con rapidez y resta flexibilidad. Xstrata seguirá cotizando en la Bolsa de Zúrich como hasta ahora'.
La compañía acaba de culminar, con varios meses de anticipación, la anunciada ampliación de su capacidad de producción, con una inversión de 28.000 millones de pesetas, que le ha convertido en el segundo productor mundial de zinc-metal y a su factoría de San Juan de Nieva (Asturias) en la mayor planta de fundición existente. 'A los 15 días de la puesta en marcha ya estaban todas las instalaciones a plena producción. Para nosotros, esto es muy importante porque demuestra la competitividad de una tecnología propia que estamos vendiendo en otros países. Por tanto, ya estamos produciendo 120.000 toneladas anuales adicionales, que nos permitirán alcanzar las 460.000 toneladas al año', dice Zaldumbide.
AZSA ha mantenido prácticamente en los primeros nueve meses los beneficios antes de impuestos del mismo periodo del año anterior, 8.740 millones de pesetas, con un ligero incremento, en un entorno económico mucho más desfavorable, porque el precio del zinc está en la cotización más baja de los últimos 30 años y es inferior en un 20% a la del año pasado.
Para liderar el sector mundial del zinc, la compañía estudia la adquisición de plantas industriales en otros países, así como minas de blenda que garanticen el autoabastecimiento de mineral cuando dentro de dos años se agote el yacimiento de su explotación de Reocín (Cantabria).
Xstrata, el socio dominante de AZSA, está controlado en un 38,5% por el grupo también helvético Glencore International, que era hasta mayo el accionista de referencia de AZSA, de la que poseía el 44%. Glencore es la mayor sociedad de trading del mundo. El precio que ofreció Xstrata en la OPA de enero fue muy polémico y suscitó numerosas críticas de los accionistas minoritarios, que se repitieron en la tensa junta general de accionistas de junio pasado. Xstrata, que pagó 13,15 euros (2.246 pesetas) por acción, valoró AZSA en 72.457,67 millones de pesetas, pero los minoritarios creen que vale mucho más. En 2000 obtuvo una cifra récord de beneficios: 11.605 millones antes de impuestos, el 63% más que en 1999, ejercicio en el que ya había crecido el 51%. Ahora la OPA de exclusión se ha hecho a 15 euros, casi dos euros por encima de la anterior oferta. Pero algunos minoritarios dijeron que éste era también un precio insuficiente, más teniendo en cuenta la alta rentabilidad de AZSA.
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