Los hoteles, en la cuerda floja
Las cadenas aguantan el tirón de la crisis en España, pero sufren la caída del mercado en Estados Unidos, el Caribe y África
El turismo es un sector azotado por la incertidumbre desde el pasado 11 de septiembre. Las empresas han reducido costes y traslados, y los viajeros de ocio han cambiado sus hábitos: el viaje se decide a última hora y el destino, cerca de casa y, a ser posible, sin océano por medio. En España los hoteles aguantan el tirón de la crisis, que se deja notar en EE UU, Caribe y África.
Según la Federación Española de Hoteles, el sector 'no se hunde ni despega', dada la gran inestabilidad en la que está inmerso
Tras las líneas aéreas, en Estados Unidos el sector hotelero es el que más fuertemente ha sufrido el impacto de los ataques del 11-S
Las cadenas afirman que no se ha producido una 'guerra' de precios, aunque en destinos como EE UU se ofrecen suculentas rebajas
El pasado puente de Todos los Santos era prácticamente imposible encontrar una habitación en muchas zonas de España. Canarias, Andalucía, Castilla y León y toda la cornisa cantábrica estaban a tope. Mientras, los anuncios para embarcarse en cruceros por el Mediterráneo o viajar al Caribe a precio de saldo inundan los medios de comunicación. El turismo ha cambiado de estilo y escenario. Los americanos -el 13% de los turistas internacionales de todo el mundo- se han quedado en casa, y los europeos renuncian a las largas distancias -sólo desde España estos viajes se han reducido un 40%- , a los entornos conflictivos, y a las decisiones anticipadas.
Tras el 11 de septiembre nada es igual. 'Hay una gran inestabilidad y volatilidad. Los datos cambian terriblemente según las semanas y las zonas, y el sector en España, ni se hunde ni despega'. Valentín Ugalde, responsable de la Federación Española de Hoteles, afirma que, tal y como están las cosas, es imposible hacer previsiones ni tan sólo a un mes vista, aunque reconoce que el sector se ha visto afectado 'pero poco'. Salvo casos como los hoteles de gran lujo de Madrid y Barcelona, donde la caída de la ocupación ha sido importante, las cadenas españolas van aguantando el tirón y compensan con los resultados domésticos los varapalos que están sufriendo en mercados más azotados por la crisis como el Caribe -especialmente México- el Norte de África -aunque su presencia es menor allí- y EE UU.
Menos ocupación
Riu, Barceló, Sol Meliá y NH confirman que, entre sus destinos, son esas áreas las que han sufrido el parón de la demanda, pero coinciden al señalar también que 'se ha pasado lo peor'. Riu reconoce una 'recesión clarísima' en Túnez donde la ocupación de sus hoteles llegó a caer hasta en 20 puntos, y en Florida, con una tasa de ocupación del 50%, mientras sitúan entre el 70% y el 80% la de destinos como Jamaica y México. Como medida de prevención, la cadena ha anticipado unos meses el cierre de un hotel en la República Dominicana para su remodelación, ha anunciado un plan de recorte de gastos que se estudiará hotel por hotel, y congelará plantillas, frente a un incremento anual de 1.000 empleos en los últimos ejercicios. De momento, las inversiones aprobadas siguen en curso, aunque se replantean un segundo hotel en Jamaica y otro en México, en función de cómo vaya la coyuntura internacional.
Riu afirma que el impacto del 11 de septiembre en la cuenta de resultados de este año no se notará mucho, dado lo avanzado de la temporada. Pero si en las próximas semanas la situación no se arregla, en 2002 bajarán la facturación y los resultados. A este respecto, la catástrofe del A-300 que se estrelló esta semana en Queens (Nueva York) no trae, precisamente, buenas perspectivas.
Barceló tampoco espera que la crisis del último trimestre afecte mucho a la cuenta de resultados del año, pero, igualmente, se mantiene a la expectativa de cara a la contratación del verano por parte de los operadores turísticos, que comenzará el próximo mes. Y hace una advertencia. 'No pensamos entrar en una guerra de precios'. Según las distintas cadenas hoteleras, ésta, de momento, no se está produciendo, aunque sí que han tenido que hacer suculentas ofertas en algunos destinos, especialmente en Estados Unidos. Barceló tiene allí 18 hoteles, de ellos 17 urbanos, que quedaron prácticamente vacíos tras los atentados y que, antes del pasado lunes, se estaban recuperando.
Caen los viajes de negocios
En cuanto a Sol Meliá, una cadena que combina hoteles vacacionales y urbanos en 30 países, destaca la incidencia de los atentados en América Latina, excepto Cuba, y especialmente en México, además de en algunas ciudades europeas, donde sufre el sector urbano por la cancelación de viajes de negocios. Sol Meliá tiene un plan de contingencia preparado por si la crisis se agrava aunque, en principio, mantiene en marcha los 70 proyectos que tiene en marcha. Destaca, por encima de todo, 'el momento de inestabilidad y, de cara al año que viene, su portavoz sólo afirma que 'está todo por ver'.
NH, dedicada prácticamente en exclusiva a hoteles urbanos, afirma que en Europa no se puede hablar de crisis y calcula que el ingreso medio por habitación, en su caso, caerá menos del 3%. Otra cosa es América Latina, donde, como los demás, reconoce una mayor caída de la ocupación. NH estima que sus ventas crecerán este año entre el 0% y el 5%, y calcula lo mismo para el que viene, afectada casi más por el menor crecimiento de la economía que por el impacto del 11-S. En un plazo de 25 meses tiene previsto abrir 3.000 habitaciones, proyecto que se mantiene. Los nuevos se estudiarán con más atención.
Londres se lleva la peor parte en Europa
Mientras Europa va capeando el temporal, el 11-S ha golpeado duramente a los hoteles en Estados Unidos y ha colocado al sector en la parte más baja del ciclo. Según un informe de Jones Lang LaSalle Hotels, sólo en la primera semana de cotización las cadenas perdieron entre un 20% y un 70% de su valor.Luego recuperaron posiciones, pero fueron nuevamente golpeadas por la última catástrofe aérea en Nueva York. Tras las líneas aéreas, el sector hotelero ha sido el más afectado por el ataque terrorista y permanece aún inmerso en la incertidumbre. Antes de que se estrellara el A-300 en Queens, Jones Lang LaSalle calculaba que la demanda este año podría caer el 11%.
En Europa, el sector se mantuvo relativamente fuerte en septiembre, según un informe de Andersen, aunque hay ciudades que registran un considerable impacto sobre los ingresos por habitación, como es Londres (con un descenso del 21%) y París (20%). La ocupación media en septiembre osciló entre el 69% de Atenas y el 83% de Amsterdam.
Quizás Londres sea la ciudad europea en la que los hoteles han sufrido las mayores consecuencias del 11-S. Según Andersen, los establecimientos con un precio medio superior a 110 libras (29.800 pesetas) han experimentado una caída superior al 25% en los ingresos por habitación disponible en comparación con septiembre de 2000. A fin de año, la ocupación media descenderá al 70% o 74%, frente al 81% del ejercicio anterior.
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