El alcalde se lamenta de que no exista una ley que permita el 'traslado forzoso' de las prostitutas de la Montera

'Lamento que no exista una ley que permita el traslado forzoso de las personas'. Con estas palabras, el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, del PP, se quejó de que las prostitutas puedan establecerse en cualquier lugar y que el Ayuntamiento carezca de medios para impedirlo.

El regidor, que puso como ejemplos la degradación que sufren zonas como la calle de la Montera (Centro) o la Casa de Campo, pidió de nuevo la regulación de la prostitución para proteger a las personas que la ejercen de las mafias que las explotan y controlan.

Álvarez del Manzano se solidarizó con las protestas de los vecinos y comerciantes de la calle de la Montera y afirmó que no se debía permitir la degradación que sufre la zona. El regidor señaló que las actuales leyes impiden trasladar a las personas que están en la vía pública a otros lugares menos concurridos.

'Ojalá tuviéramos las medidas legales suficientes para poder tomar decisiones de traslado forzoso de las personas, pero la actual legislación no nos permite hacerlo. Además, la prostitución no está regulada, no existe legalmente, por lo que aprovecho esta ocasión para pedir una vez más que se regule esta actividad' [por parte del Gobierno central], según el regidor.

El alcalde también señaló que la Policía Municipal y el Cuerpo Nacional de Policía están coordinados para actuar contra las mafias. También explicó que los agentes municipales están capacitados para clausurar aquellas pensiones de la calle de la Montera en las que supuestamente hay mujeres que se prostituyen, aunque reconoció que es 'muy dificultoso' demostrarlo.

Los representantes de los vecinos y comerciantes de la Montera se reunieron la tarde del pasado jueves con el delegado del Gobierno, Francisco Javier Ansuátegui; el jefe superior de Policía, Julio Corrochano, y el comisario de Centro, Telesforo Rubio, y decidieron suspender la manifestación que tenían prevista para ayer por la noche. Los mandos policiales les explicaron que, con la ley en la mano, no se puede tomar ninguna medida contra el ejercicio de la prostitución en la zona.