Rabat acusa a España de tomar represalias con sus inmigrantes
La crisis diplomática impide que se aplique el convenio laboral
'Es un acto de represalias contra Marruecos sin fundamento y sin justificación'. El ministro de Empleo y Formación Profesional de Marruecos, Abbas el Fassi, envió ayer una declaración a la agencia de prensa marroquí MAP en la que acusa a España de vengarse 'suspendiendo' la puesta en práctica del acuerdo de mano de obra que él firmó en julio con el vicepresidente Mariano Rajoy. El convenio hubiese permitido a un máximo de 20.000 marroquíes emigrar legalmente a España el año próximo.
'Nunca en la historia de las relaciones entre Marruecos y España, incluso durante las etapas de gran tensión, ha habido tal confusión entre lo político y lo socio-económico', declaró Abbas el Fassi quien, además de ministro, es el líder del partido nacionalista Istiqlal, el segundo del país por su representación parlamentaria.
El Fassi afirmó que la decisión española 'sorprende y contradice además las declaraciones [de Mariano Rajoy] y siembra también amargura entre los aspirantes a trabajar en España'.
El acuerdo, concluyó el ministro marroquí, fue suscrito a petición de las autoridades españolas, a las que alentó ayer a reconsiderar su decisión. 'Ya no son tiempos de titubeo, sino de concreción por el bien de ambos países y de ambos pueblos', enfatizó.
Aunque no se puede atribuir toda la responsabilidad a las autoridades españolas, el aplazamiento de la puesta en práctica del convenio es una consecuencia adicional de la crisis diplomática entre Rabat y Madrid puesta de manifiesto el 27 de octubre por la llamada a consultas del embajador marroquí en España, Abdesalam Baraka.
El delegado del Gobierno para la Inmigración, Enrique Fernández Miranda, ya lo anticipó el 4 de noviembre en Pollensa (Mallorca). Tras insistir en que sus palabras no suponían una amenaza, advirtió de que la disputa impedirá la creación de la comisión mixta prevista para poner en marcha el convenio.
En consecuencia, añadió, 'se corre el riesgo de que Marruecos llegue tarde al tratamiento de privilegio para sus trabajadores dentro del contigente previsto para 2002'. En claro, los entre 10.000 y 20.000 trabajadores que, según estimaciones de Rabat, podrían emigrar legalmente a España el año próximo se quedarían en casa.
Las palabras de Fernández Miranda suscitaron una reacción de ATIME, la asociación que reagrupa a trabajadores marroquíes en España, acusando al secretario de Estado de 'hacer chantaje'.
'Los marroquíes han caído en su propia trampa', comenta un diplomático español. Cuando aún se vislumbraba la celebración de una cumbre entre los jefes de Gobierno español, José María Aznar, y marroquí, Abderraman Yussufi, la diplomacia española propuso a Rabat que la comisión mixta para aplicacar el convenio tuviese lugar al mismo tiempo. Los marroquíes aceptaron.
Tras llamar a consultas al embajador, Rabat también aplazó sine die la cumbre de ambos jefes de Gobierno apalabrada, en un principio, para el 27 de diciembre. Postergaba así también la reunión de la comisión mixta que, por el lado español, iba a estar dirigida por Juan Carlos Aparicio, ministro de Trabajo, y por el titular marroquí de Empleo, Abbas el Fassi.
El mantenimiento de este nexo entre ambas reuniones no es del agrado de todos. 'Si de verdad se desea dar muestras de buena voluntad y tratar de desactivar así la crisis con Marruecos', señala un diplomático, 'no estaría mal propornerles convocar cuanto antes la comisión mixta desvinculándola de la celebración de la cumbre'.
Piqué y Benaissa
La agencia de prensa marroquí MAP dio, ayer de madrugada, una versión menos amable que la proporcionada por la diplomacia española de la entrevista que mantuvieron, el miércoles en Nueva York, los ministros de Asuntos Exteriores español, Josep Piqué, y marroquí, Mohamed Benaissa.
La conversación fue, según Benaissa, 'franca, directa y global', lo que, en leguaje diplomático, significa tensa. Por algo omitió el ministro emplear la palabra 'cordial' para describir el ambiente. 'Es anormal que Marruecos siga siendo objeto de ataques que afectan a su dignidad, a sus instituciones sagradas [monarquía] y a sus símbolos'. El comportamiento de algunos 'círculos' españoles que lanzan ataques hostiles contra un país vecino, musulmán y árabe, cuando se intenta establecer un diálogo entre civilizaciones, es 'incomprensible'.
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