El hombre que pactaba demasiado
Pere Macias (Olot, 1956) dejará el miércoles el cargo de consejero de Política Territorial y Obras Públicas, en el que se ha mantenido desde julio de 1997. Un cargo difícil donde fue precedido de ilustres desaparecidos. Sus antecesores (Joaquim Molins, Josep Maria Cullell, Jaume Roma) están retirados de la primera línea política. La excepción es Artur Mas, convertido en sucesor. Macias se configura ahora como el sucesor del sucesor. Una posición que se intuía desde su llegada al primer departamento inversor, incluso en un gobierno que invierte, comparativamente, poco.
Ingeniero de Caminos, fue alcalde de Olot (1984-1996) y titular de Medio Ambiente. Controla el partido en Girona.
Macias será recordado como un hombre de pactos. Sobre todo en el área metropolitana, un territorio hasta él ignorado por CiU. El mapa que colgaba en las paredes de su despacho era de la región de Barcelona. Su sustituto posiblemente lo retirará para no recordar día a día que son poblaciones donde gobierna la izquierda.
Macias pactó, sobre todo, el plan director de infraestructuras e incluso inversiones fuera de presupuesto, como la línea 9 del metro de Barcelona. Desbloqueó la construcción de nuevos kilómetros de metro tras años en los que apenas se construía nada. Pactó también la Autoridad Metropolitana del Transporte y puso a su frente a otro pactista, Xavier Ventura, que logró la integración tarifaria. Ha fracasado en cambio en la política peajes. Venció en su pulso al perpetuo director general de Urbanismo, Joan Antoni Solans, y logró apartarlo del departamento. No lo consiguió, en cambio, con Josep Anton Grau, secretario general del departamento, y el director general de Transportes, Enric Ticó, ambos en la órbita de los hijos de Pujol.
