La caída de Kabul
Aunque era una obviedad que las primitivas fuerzas talibanes no iban a ser capaces de mantener el control de Kabul por mucho tiempo combatiendo contra la mayor potencia mundial, ha sido algo inesperado su precipitada retirada. Que se hayan marchado sin defenderse (...) hace pensar en una guerra de guerrillas como su apuesta futura. Sin embargo, las fuerzas terrestres de EE UU, o las que operan bajo su mando (...), no han sido obligadas a entrar en escena. (...) Es significativo que la Alianza del Norte (...) sólo haya conseguido avanzar gracias a la fuerte ayuda militar de Estados Unidos bombardeando masivamente las posiciones del frente talibán. (...) Nadie pone problemas por que la Alianza controle policialmente la capital de forma temporal, pero es fundamental no permitir que tome el control de la maquinaria de Gobierno. La opción de la ciudad abierta es la mejor. Ha llegado la hora de que Pakistán revise su propia política futura con Afganistán (...), donde se pusieron todos los huevos en la misma cesta y un revés de la suerte ha hecho que nos quedemos con un pequeño margen de influencia en ese país, y con la perspectiva de encontrarnos con un Gobierno poco amistoso. (...) Islamabad debe poder tener relaciones normales con el Gobierno de Kabul, esté quien esté en el Gobierno. (...) La caída de Kabul ofrece una oportunidad para detener los bombardeos ante el Ramadán (...) y las necesidades operativas militares sacrificadas en ese caso tendrían importantes contrapartidas políticas y diplomáticas.
Islamabad, 14 de noviembre
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