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Schröder se retirará si el Parlamento no aprueba el envío de tropas a Afganistán

El canciller se someterá el viernes a la primera moción de confianza en Alemania desde 1982

La coalición entre socialdemócratas y verdes alemanes que rige los destinos alemanes corre peligro de convertirse en el primer Gobierno occidental que cae debido a la crisis internacional desatada por los atentados del 11 de septiembre. Enfrentado a un pequeño grupo de parlamentarios, sobre todo ecologistas, que con su rechazo a la participación alemana en la guerra ponen en entredicho la mayoría gubernamental en el Parlamento, el canciller Gerhard Schröder recurrió ayer a un verdadero mazo político: vincular, en una única votación, la aprobación del envío de tropas a una moción de confianza.

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El canciller pondrá el viernes a los parlamentarios socialdemócratas y verdes ante una drástica disyuntiva: apoyar el envío de soldados o tumbar el Gobierno. Ante un centenar de periodistas congregados en el Reichstag, sede del Parlamento alemán, para cubrir la mayor crisis de la coalición rojiverde en sus tres años de gestión, Schröder manifestó que con esa vinculación pretende subrayar la importancia política que tiene la participación de hasta 3.900 soldados alemanes en los operativos antiterroristas.

'Él lo interpretará como pragmatismo político, pero para mí es un chantaje', sostuvo, indignado, Winfried Hermann, uno de los ocho parlamentarios verdes que el fin de semana habían anunciado su rechazo a las operaciones militares para combatir al terrorismo.

En principio, casi todos los verdes desean permanecer en el Gobierno. En contraste con Hermann, quien adelantó que no renunciará a su derecho constitucional a obedecer tan sólo a su propia conciencia a la hora de votar, la fuerte presión ejercida por Schröder desde ayer mismo pareció surtir efecto en las filas socialdemócratas, cuyos parlamentarios ovacionaron de pie a su canciller y prometieron que, bajo estas circunstancias y al contrario de lo que se preveía, votarán unánimemente a favor del envío de tropas.

Hasta el mismo fin de semana, Schröder había restado importancia a la cuestión de si el Gobierno obtendría o no la mayoría absoluta en la votación sobre las operaciones militares, originalmente prevista para el jueves. Las fuertes críticas a la posibilidad de que la aprobación de la propuesta quedase en manos de la oposición conservadora y liberal, favorable al envío de tropas, por lo visto, le hicieron cambiar de opinión.

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En una frenética jornada de reuniones, Schröder se dejó asesorar ayer por los históricos líderes socialdemócratas Hans-Jochen Vogel, ex presidente del Partido, y Helmut Schmidt, ex canciller. Ambos vivieron de cerca las dos últimas mociones de confianza registradas en Alemania. En 1982, este mecanismo posibilitó el traspaso del poder entre Schmidt y el conservador Helmut Kohl.

En sendos encuentros con los parlamentarios socialdemócratas y verdes, Schröder dejó claro que quiere mantener la coalición rojiverde incluso más allá del próximo año, cuando habrá elecciones federales. No obstante, de no recabar el apoyo para la participación alemana en la Operación Libertad Duradera, el canciller podría solicitar al presidente alemán, Johannes Rau, la convocatoria de elecciones anticipadas, seguir gobernando en minoría o dimitir. También tiene la posibilidad de gobernar con el Partido Liberal Democrático (FDP).

Al vincular la votación sobre los operativos militares a la moción de confianza, el canciller pierde el apoyo de los conservadores al envío de tropas. Su apuesta, por tanto, es muy arriesgada. Cuando asumió el poder, en 1998, el Gobierno rojiverde aún contaba con 10 votos más que la mayoría absoluta en el Parlamento (335 de un total de 669 votos). Tras diversos cambios, la diferencia se ha reducido a 7 votos (334 de un total de 666). Dirigentes de Los Verdes se mostraron esperanzados ayer en que el avance de la Alianza del Norte en Afganistán haga cambiar de opinión a los ocho parlamentarios que rechazan las operaciones militares.

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