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El Consell favorecerá otra vez en 2002 a las comarcas del litoral con el 83% de las inversiones territorializadas

La Hoya de Buñol, L'Alcalatén y El Alto Mijares son las más desfavorecidas en los presupuestos

Los presupuestos de la Generalitat para 2002 seguirán abriendo una brecha inversora entre las comarcas del interior de la Comunidad Valenciana, tradicionalmente desfavorecidas en las cuentas del Consell, y las bañadas por el Mediterráneo. La Consejería de Hacienda sigue sin asignar códigos territoriales a más del 40% de los presupuestos, lo que dificulta a la oposición conocer la gestión del PP. Y las 19 comarcas del interior, que suman el 25% de la población, sólo percibirán el 17% de las inversiones territorializadas. Así, cada habitante del interior recibirá 14.800 pesetas. Los de la costa, un 44% más.

Los Presupuestos 2002, que suman 8.339 millones de euros (1,38 billones de pesetas), detallan unas inversiones reales por valor de 816,9 millones de euros (135.919 millones de pesetas). Y más del 40% de esa cantidad se solventa en los presupuestos con un código autonómico (CMVL) o con uno provincial (A, CS y V, para Alicante, Castellón y Valencia respectivamente). Es decir, sólo en el 58% de las partidas de gasto real se asigna un código municipal o comarcal que permita conocer con detalle cuál es el destino final del esfuerzo inversor de la Generalitat. Una opacidad presupuestaria enorme si se tiene en cuenta que además gran parte del gasto se hace por medio de empresas públicas valencianas, que tampoco detallan sus cuentas.

Aunque es difícil cuantificarlo, gran parte de las inversiones no territorializadas revierten en la costa. Aún así, analizando sólo lo comarcalizado se ve que las inversiones asignadas al interior, que durante los últimos años se sitúan en el 15% del total, seguirán este año por debajo del peso de su población (un 17%, cuando en ellas habita el 25% de los valencianos) y, por supuesto, de la superficie territorial que ocupan.

Las 19 comarcas del interior ocupan 15.406 kilómetros cuadrados, justo las dos terceras partes de la Comunidad (66,25%), mientras que la costa, con sólo el tercio restante (7.847,2 kilómetros cuadrados), concentra el 83% de las inversiones.

Y si el Gobierno del Partido Popular en la Generalitat sí utiliza el criterio territorial para justificar que las inversiones del Estado, sobre todo las de infraestructuras, en la Comunidad Valenciana superan a muchas otras autonomías, las cuentas no salen muy equitativas cuando se evalúan sus propias inversiones territorializadas. El desequilibrio entre las comarcas del interior y las litorales se dispara al ver la desproporcionada diferencia del gasto entre una y otra posición geográfica: 897.000 pesetas por kilómetro cuadrado en el interior y 8.409.954 pesetas en la costa.

Pese a todo, el indicador quizá más fiable es el de gasto per cápita: el Consell destinará inversiones que suponen 14.800 por cada ciudadano del interior mientras que en la costa el gasto se eleva a 21.361 pesetas por habitante, un 44% más. Por supuesto, a este dinero habría que añadir la parte proporcional del dinero no comarcalizado.

Todas las inversiones, territorializadas o no, previstas en los presupuestos de la Generalitat suponen una inversión media de 33.782 pesetas por cada valenciano. No se distribuyen de forma uniforme. Por ejemplo, en la provincia de Castellón, donde se prevé un gasto de 13.545 millones de pesetas para todas las comarcas y otros 3.224 para la provincia, el gasto per cápita sube a 36.320 pesetas, un 68% más que en la de Valencia (21.557 pesetas) y un 50% más que en Alicante (23.850). A estas inversiones hay que sumar, cómo no, el dinero asignado sin más por el Consell con un código autonómico (CMVL), otras 9.739 pesetas por cada valenciano. Así, si la media en la Comunidad es de 33.782 pesetas, los castellonenses obtienen un 36% más de dinero (46.059 pesetas), los alicantinos se quedan casi igual (33.589) y los valencianos un 7,4% menos (31.296 pesetas).

Como ocurre durante los últimos años, en volumen total de inversiones la ciudad de Valencia es la que más dinero recibe (su área metropolitana se divide presupuestariamente en L'Horta Nord, L'Horta Oest, L'Horta Sud y Valencia ciudad). 17.575 millones recibirán los habitantes en 2002 de la capital. En segundo y tercer lugar se sitúan las comarcas de las otras dos capitales, L'Alacantí, con 13.895 millones de pesetas y La Plana Alta, con 7.529. Entre las 16 primeras posiciones del ranquing sólo se cuelan tres comarcas del interior: La Ribera Alta, con 2.642 millones, Vinalopó Mitjà, con 1.900, y L'Alcoià, con 1.322 millones. Por contra, entre los 15 últimos lugares sólo se sitúa una comarca litoral, La Ribera Baja, en el séptimo lugar por la cola, con 199 millones. Y como ocurre también durante los últimos años, las últimas posiciones las ocupan el Alto Mijares, L'Alcalatén, La Hoya de Buñol y El Valle de Ayora, todas con menos de 50 millones previstos para 2002.

Estas escasas partidas condicionan también el orden de las comarcas en dinero per cápita. Los últimos lugares los ocupan La Hoya de Buñol, con 956 pesetas por persona, L'Alcalatén, con 1.187, y el Alto Mijares, con 2.425 pesetas. Curiosamente, dado su despoblamiento, son tres zonas del interior las más beneficiadas: Els Ports, con 128.088 pesetas, Rincón de Ademuz, con 100.766 y Los Serranos, con 80.972, comarcas en las que la reparación de una simple carretera dispara el presupuesto.

Por último, el reparto por superficie resulta casi tan dispar. Si en Valencia se invierten 130 millones por kilómetro cuadrado, en L'Horta Nord 24 y en L'Horta Oest 22, en el Alto Mijares la cifra se reduce a sólo 14.984 pesetas, en L'Alcalatén a 26.961 y en El Valle de Ayora a 37.223.

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