Gira por Argentina

Presume de conocer Argentina mejor que muchos argentinos. ¿No se ha pasado un pelo?

Pasé allí tres meses acompañando a Fito Páez en su gira. Debió de ser en 1994. Él era una superestrella del rock, y yo, su amigo, así que viajé a lo grande, sin gastarme un duro. Desde Tierra de Fuego hasta las cataratas de Iguazú. Vi el río Grande, la Patagonia, la península Valdés, con sus ballenas...

¿Cuál era su función en la gira, además de hacer turismo gratis total?

Despertar a Fito por las mañanas, cosa harto difícil. Luego, él trabajaba y a mí me ponían un coche para ir a donde quisiera, como un groupie de lujo. Y si llegábamos a algún lugar siniestro, que no me gustara, me dejaban marchar a Buenos Aires.

Recomiéndeme un destino.

Me encantó la Patagonia, con ese viento que a los loquitos tanto nos tranquiliza. Pero sobre todo disfruté de Tierra de Fuego, porque deseaba estar ahí desde que tenía tres años. Una fijación de la infancia.

¿Qué objetos se lleva siempre a sus viajes?

Me llevo dos piedras especiales que tengo desde los siete años. Me hacen compañía, me dan buenas vibraciones.

¿Sabe por qué viaja?

Porque no creo en la psiquiatría y porque soy un culo de mal asiento, imprevisible y propenso a meterme donde nadie me llama.