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Amusátegui plantea a los accionistas de Unión Fenosa su relevo en la presidencia de la eléctrica

El SCH y el Banco Pastor manejan el nombre de Victoriano Reinoso para sucederle

La marea iniciada en agosto con el abandono de la copresidencia del Santander Central Hispano (SCH) por parte de José María Amusátegui va a alcanzar en breve las orillas del sector eléctrico. Amusátegui, presidente de Unión Fenosa, tercera empresa del sector, desde febrero de 1993, prepara su relevo en la presidencia de la compañía. Su candidato es Victoriano Reinoso, vicepresidente de la empresa desde hace ocho años, un hombre de la casa vinculado al Banco Pastor, uno de los principales accionistas de la eléctrica. La operación depende del SCH, que controla en torno al 11% del capital de la eléctrica.

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Amusátegui, de 69 años, intenta allanar el terreno para que el relevo en la presidencia de la tercera eléctrica española, una de las joyas que el BCH aportó a la fusión de 1998 con el Banco Santander, sea tranquilo. El ex presidente del SCH, tras la dura pelea que sostuvo el verano pasado con Emilio Botín y que acabó con su salida del banco, quiere dejar atada y bendecida su sucesión. El ex banquero, según fuentes de la compañía que preside, ha asumido que su salida de la presidencia de Fenosa es cuestión de semanas. El día 20 de noviembre, Unión Fenosa celebra consejo.

La próxima junta de la eléctrica se celebrará en marzo de 2001, pero en el sector se da por seguro que Amusátegui abandonará la presidencia de la compañía en cuanto crea disponer de los apoyos suficientes para nombrar a Victoriano Reinoso. Éste cuenta con el respaldo de la parte gallega de Fenosa, encabezada por el Banco Pastor (en torno al 4% del capital) y por Caixa Galicia (6,8%). No en vano, Unión Fenosa mantiene proyectos de inversión en Galicia por importe de 185.000 millones entre los años 2001 a 2005.

Pero la operación es delicada. Los movimientos realizados por Botín tras el pulso que libró con Amusátegui en el mes de agosto dejan abiertas todas las posibilidades, y más si se tiene en cuenta que Unión Fenosa, inmersa en el proceso de liberalización del sector energético y bien posicionada en negocios de futuro como el del gas, tras la firma de un acuerdo con el Gobierno egipcio, es un comodín más que apetitoso en cualquiera de los escenarios que se planteen: batalla en solitario en el sector energético, pura y simple venta, o fusión con alguna de las grandes compañías energéticas.

La partida que libran Botín y Amusátegui en el escenario eléctrico aún no tiene desenlace, pero sí antecedentes. El verano pasado, el banquero cántabro resolvió con movimientos fulminantes las incógnitas planteadas en las empresas participadas por el SCH tras la salida de Amusátegui.

Así, en Vallehermoso, la inmobiliaria del grupo bancario, Botín relevó de forma rápida a Antonio Amusátegui, hermano gemelo de José María por su hombre de confianza, Rodrigo Echenique , mientras en Dragados reforzó las posiciones en torno a su hombre en la compañía, Santiago Foncillas.

Con el próximo relevo de Amusátegui, el SCH se enfrenta a un periodo de toma de decisiones en un sector, el energético, en el que la agitación es la norma desde hace meses. El SCH, como Unión Fenosa, participa también en el capital de la petrolera Cepsa. En el horizonte, Repsol busca nuevos espacios de negocio y Endesa (con nuevo presidente in pectore ya designado en la persona de Manuel Pizarro) pugna por consolidarse como gran multinacional de la energía hispana.

En este panorama, el cambio de presidente en la tercera eléctrica española puede convertirse en detonante de proyectos que hasta ahora sólo habían servido para alimentar la especulación.

Amusátegui, que preside Unión Fenosa desde hace ocho años y la asociación patronal Unesa desde hace tres, ha vivido en primera persona algunos de los acontecimientos que han marcado el cambio del sector en los últimos meses: desde el frustrado proyecto de fusión Endesa-Iberdrola, al que se opuso con fuerza, pasando por la batalla de Cantábrico (el Gobierno vetó la compra de Hidrocantábrico por Unión Fenosa) o la pugna por el contrato del gas de Argelia, en la que ha logrado el 20% sacado a concurso.

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