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Rabat niega que la crisis con Madrid la haya desatado un 'lobby' antiespañol

Marruecos acusa de nuevo a la diplomacia española de ocultar la disputa

No hay un grupo de presión antiespañol en Marruecos que instigue la crisis con España. La llamada a consultas del embajador marroquí en Madrid, Abesalam Baraka, no es una 'acción aislada conducida por un hipotético lobby antiespañol', sino una decisión meditada achacable a una 'acumulación de acontecimientos lamentables' cuya responsabilidad recae sobre el Gobierno español. Éste es, en resumen, el contenido del tercer comunicado, en 12 días, publicado ayer en Rabat por el Ministerio de Exteriores sobre la crisis con España.

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La nota marroquí deplora que 'surjan hoy en día en España voces para indetificar en Marruecos y nombrar a los supuestos responsables de las dificultades existentes en lugar de preguntarse con objetividad sobre las causas del actual contencioso'.

El desmentido de la existencia de ese clan anti español es, en opinión de fuentes diplomáticas, una respuesta indirecta al presidente José María Aznar, quien el jueves pasado aludió a la existenciua de intereses ocultos que enturbian la relación.

'Si hay quien trabaja, como parece que hay algunos, para enturbiar las relaciones entre España y Marruecos, yo trabajo para lo contrario', afirmó Aznar ante la prensa. Sus palabras fueron interpretadas como una alusión a un lobby pro francés en Rabat interesado en alterar la relación hispano-marroquí.

El martes pasado este periódico indicó que la decisión de llamar a consultas al embajador fue tomada el 25 de octubre por el rey Mohamed VI en compañía del secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Taieb Fassi-Fihri, un economista nombrado por el monarca hace dos años.

'Si hubiera que explicar necesariamente el estado actual de las relaciones bilaterales por la existencia de lobbies, no es ciertamente hacia Marruecos adonde habría que dirigir la mirada, sino más bien del lado de España, donde, por diferentes razones, tales corrientes se organizan, actúan y se desarrollan', prosigue el comunicado.

En España, denuncia Rabat, 'se organizan regularmente campañas especialmente hostiles al país vecino y particularmente ofensivas para todos sus ciudadanos', como el seudo referéndum sobre el Sáhara que una ONG llevó a cabo en Andalucía en octubre. En España también se pronuncian 'discursos públicos de amenazas y de presiones y se esgrimen actitudes condescendientes y comentarios surgidos de una era ya superada'.

Ocultación de problemasEn línea con las anteriores notas difundidas por la diplomacia marroquí, el texto concluye lamentando una vez más que las 'autoridades españolas oculten los problemas múltiples, reales e importantes acumulados durante estos últimos meses (...)'.

El Ministerio de Asuntos Exteriores español decidió ayer, como ya hizo el lunes pasado con el anterior comunicado marroquí, dar la callada por respuesta, pero el ministro portavoz, Pío Cabanillas, rompió el mutismo oficial en la rueda de prensa celebrada al término del Consejo de Ministros.

Cabanillas matuvo el perfil bajo ya adoptado la semana pasada por varios miembros del Ejecutivo negando prácticamente la controversia. 'Si todo aquello que se nos achaca no se refleja en la realidad y si nuestra voluntad es mantener la relación privilegiada entre los dos países, no me pida que reconozcamos ningún tipo de crisis', afirmó el ministro, según la agencia Europa Press.

Tras desmentir una por una las acusaciones marroquíes, Cabanillas se preguntó: '(...) qué mejor manera de hablar de todo [con Marruecos] que se vuelva [a Madrid] el embajador marroquí y que sigan en pie las reuniones previstas y que se celebre una cumbre de alto nivel [entre ambos jefes de Gobierno] como la que estaba prevista para finales de este año' en Tánger.

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