Sierra Nevada y el patrimonio cultural
Habitualmente vemos con buenos ojos aquellas actividades que supongan una mejora del medio ambiente, sobre todo aquellos que hemos asistido, y seguimos en no pocas ocasiones, a fuertes agresiones al medio urbano o rural que a menudo la deficiente ordenación del territorio supone. Sin embargo, no sólo no puedo compartir la opinión, sino que me producen escalofríos los planteamientos que la supuesta 'nueva filosofía' del Parque Nacional de Sierra Nevada está llevando a cabo de acuerdo con lo leído en 'Cronica en Verde' .
Como he podido comprobar este mismo verano haciendo el recorrido Pradollano, Veleta, Mulhacén, la carretera que en su tiempo fue la más alta de Europa está siendo destrozada en su parte más alta para 'recuperar la fisonomía primitiva de la zona'. Esta carretera, que se terminó en 1935, siendo inagurada al año siguiente por el Presidente de la República Manuel Azaña, fue una obra de ingeniería civil de gran importancia por la dificultad de su trazado y por el tratamiento que se le dio a su recorrido. Su autor principal, el ingeniero Juan José Santa Cruz y Garcés, hombre de gran reputación cultural, fue fusilado por las fuerzas franquistas en agosto de 1936.
Esperemos que no se repita el desgraciado desmantelamiento en 1974 del ferrocarril eléctrico Granada-Sierra Nevada, inagurado en 1925, cuyo trazado podía haber sido ocupado en la actualidad por un tren ligero que posibilitase la mejora de la accesibilidad a la estación de esquí, potenciando las alternativas a los vehículos privados.
Mala memoria, con el consentimiento de la Junta de Andalucía y las Delegaciones de Ingenieros de Caminos, le está haciendo el Parque Nacional, que en lugar de integrar en el medio ambiente de la Sierra el excelente patrimonio cultural heredado, opta por una política analfabeta y vulgar que si la llevasen adelante por ejemplo los egipcios nos privarían de la pirámides, como hace unos meses hicieron en Agfanistán los talibanes.
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