El Prado completa las salas de escultura clásica con 15 obras restauradas
Las salas de escultura clásica del Museo del Prado se presentaron ayer con el montaje definitivo, que incorpora la restauración de 15 obras de mármol, dirigida por el experto italiano Silvano Bertolin (1938), y 46 nuevos pedestales de mármol de Macael. La reforma y actualización de las salas forma parte del convenio entre el Prado y la Fundación Marcelino Botín, suscrito en 1998 y con un presupuesto final de 82 millones de pesetas.
El proyecto incluye también dos becas en restauración de mármol y la publicación de la guía de la sala de escultura, de Miguel Ángel Elvira y Stephan Schröder, y de los catálogos de escultura de época moderna, de Rosario Coppel, y de escultura clásica, de Schröder. También colaborará en la próxima exposición sobre la restauración de la escultura Apoteosis de Claudio, colocada en la puerta de Velázquez, en la que se han descubierto piezas mal montadas.
La colaboración entre las dos instituciones comenzó en 1996 con la restauración de El grupo de San Ildefonso, que figura en las salas de escultura clásica, según recordaron ayer Emilio Botín, presidente de la Fundación Marcelino Botín; Fernando Checa, director del Prado, y Eduardo Serra, presidente del patronato del museo, quien destacó el acuerdo de una parte 'irrenunciablemente pública' y otra privada.En las salas de escultura clásica (planta baja, entrada por la puerta de Murillo) aparecen las obras en pedestales de mármol, que sustituyen a los antiguos de madera, en un diseño de Jesús Moreno. Entre las 15 piezas restauradas figuran Diadúmeno, La Venus de Madrid, El fauno del cabrito, Atenea Prómacos y La Venus del baño. Los fondos del museo incluyen unos 80 bustos, no expuestos, y la donación de 20 piezas de Claudio Bravo, de las que se exponen cuatro.
Stephan Schröder declaró ayer que la colección real de escultura, con piezas únicas, ha sido 'infravalorada y poco expuesta'. Sobre el proceso de restauración, señala que lo más importante es 'no dañar la superficie', por lo que se emplea agua caliente y un pegamento moderno (epoxid). La restauración ha permitido distinguir las partes originales y las modernas, ya que algunas esculturas han sido reconstruidas a partir de más de cien fragmentos, tras ablandar el pegamento (colofonio) utilizado en restauraciones anteriores.
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