Monumentos virtuales
Un profesor universitario reconstruye en su ordenador edificios históricos desaparecidos
Ahmed Ibn Baso levantó hace más de ocho siglos una gran mezquita en Sevilla que hoy sirve de asiento de la conocida catedral cristiana. La riqueza arquitectónica y artística de la obra de este arquitecto árabe, como la de muchos otros, ha permanecido escondida durante cientos de años, porque sólo los eruditos han tenido acceso a los libros, que son la única prueba de su existencia.
Pero un profesor de la Universidad de Granada, el arquitecto José Antonio Fernández Ruiz, ha dedicado sus últimos años de trabajo a poner en valor y divulgar edificios históricos a los que el paso del tiempo, la dejadez o las rivalidades religiosas no han hecho justicia. En colaboración con la Escuela de Estudios Árabes, del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Fernández Ruiz realiza reconstrucciones virtuales, por ordenador, de patrimonio que ha sido destruido y del que se ha estudiado como habría de ser en su tiempo.
Este especialista y el arquitecto técnico Miguel González Garrido han trabajado en la recreación de los Reales Alcázares de Sevilla, el Cuarto Real de Santo Domingo (Granada), el recinto de Medina Azahara de Córdoba, el Maristán de Granada, además de la mezquita almohade de Sevilla. Este equipo sigue trabajando en todos estos proyectos (financiados en exclusiva por el CSIC), pues se introducen constantes mejoras y ajustes. El único proyecto finalizado es el del Alcázar Omeya de Ammán, en Jordania.
La técnica de la reconstrucción de edificios, tanto de su exterior como de cada una de las estancias del interior, ya es conocida con fines publicitarios, pero este arquitecto decidió aplicarla a los inmuebles históricos con el fin de divulgar un 'patrimonio desconocido'. Además, Fernández Ruiz se ha esmerado en reducir los costes de esta aplicación que con presupuestos más importantes se puede convertir en realidad virtual. La novedad de su trabajo es que su precio moderado (entre 3 y 20 millones de pesetas) 'puede permitir a las administraciones hacer proyectos para poner en valor un patrimonio que hoy no están explotando'.
Este trabajo de animación con edificios históricos requiere un estudio minucioso previo de cómo eran esos recintos hace cientos de años, cuando aún estaban en pie. Los proyectos realizados por este equipo cuentan con el aval científico de la Escuela de Estudios Árabes y de su director, Antonio Almagro, que es autor de algunas investigaciones empleadas. Fernández Ruiz advierte del peligro que supone divulgar 'una imagen errónea de un edificio histórico si el trabajo se basa en datos falsos'. Por ello es importante el esmero en el estudio previo y 'omitir los detalles de la edificación de los que no se esté seguro'. Los edificios desaparecidos se conocían antes a través de dibujos en perspectiva clásica. Ahora se puede disfrutar de elementos como el espacio, la textura o el color.
La joya de Ammán
El director de la Escuela de Estudios Árabes, Antonio Almagro, ha estudiado durante más de 15 años los detalles de una de los más singulares símbolos históricos de la capital de Jordania y de gran parte del mundo islámico: el Alcázar de Ammán. Como en otros lugares del mundo, los recintos históricos y monumentales 'ya no se entienden' a la vista de las ruinas o restos que quedan en pie. Por ello, el trabajo de Almagro y su posterior conversión en imágenes virtuales resulta, a juicio de Fernández Ruiz, un gran avance para el conocimiento generalizado del patrimonio. El recinto omeya de Ammán es la primera prueba de ello. En el mismo Alcázar se han instalado paneles con imágenes de cómo fue en el siglo VIII aquel edificio. Este trabajo del arquitecto de la Universidad de Granada ha sido editado en un disco compacto que, con música de fondo, introduce al espectador en el palacio árabe a través de panoramas, unas imágenes de 360º que se pueden recorrer con el movimiento del ratón. Estas perspectivas del espacio completo facilitan al visitante hacerse una idea de la sensación espacial del recinto y sus interiores. Este palacio de los Omeyas, que es ejemplo de las influencias que existen en el primer arte islámico, tenía en su espacio central una gran cúpula hoy desaparecida. Según explica Almagro, 'la recreación actual, con técnicas modernas respetuosas con el edificio, ha permitido la recuperación del espacio original y la utilización del monumento para usos culturales'. Fernández Ruiz opina que los edificios, o algunos de sus detalles, de los que sólo hay constancia hoy a través de los libros 'es necesario que pasen del patrimonio bibliográfico al patrimonio visual', ya sea a través de imágenes impresas, en ordenador, en vídeo o a través de la realidad virtual, una salida que sólo es factible para grandes proyectos, por el amplio coste de su producción. Este profesor imparte cursos de doctorado sobre técnicas infográficas aplicadas a la arquitectura, lo que ha permitido a algunos de sus alumnos realizar trabajos de este tipo. Es el caso de Lucía Gómez, que ha recreado el edificio del Maristán situado en el barrio granadino del Albaicín.
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