El mito del emprendedor
La mayor diferencia entre los empresarios jóvenes y el resto está en su mayor formación
Un joven español de 15 años ha creado una empresa de informática de la que pretende vivir. Es un ejemplo perfecto de lo que se entiende por emprendedor, un caso real que, sin embargo, se aleja mucho del perfil del joven empresario español.
En realidad, éste es bastante parecido al de cualquier empresario, según se desprende del estudio realizado por la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE Confederación) entre casi 6.000 de sus asociados, todos menores de 40 años. Un hombre en la treintena con jornadas laborales de entre 10 y 12 horas. No en vano alrededor del 75% de los que se deciden a dar el paso de crear una empresa tienen menos de 45 años, y la mayoría de ellos tienen entre 25 y 35 años, calcula el subdirector del Servicio de Estudios del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Juan José de Lucio.
Alrededor del 75% de los que se deciden a crear su propia compañía tiene menos de 45 años, según las Cámaras de Comercio
Un estudio reciente constata que más de la mitad de las sociedades creadas en 1996 no existían cuatro años después
El principal motivo para crear una empresa es dejar el paro, por delante del desafío que supone materializar una idea
Las diferencias más significativas según esta radiografía pueden considerarse generacionales. Los nuevos emprendedores tienen más formación que los tradicionales -el 55% han seguido estudios universitarios-, se manejan mejor con las nuevas tecnologías y hay más mujeres -el 23% del total-, constata el estudio. Estas tendencias también las han advertido las Cámaras, si bien el porcentaje de mujeres que pasa por sus ventanillas únicas empresariales -oficinas creadas en los dos últimos años con el fin de agilizar los trámites para crear una empresa, que ha ayudado a materializarse a casi 5.000 nuevas compañías- alcanza el 34%.
Por sector de actividad, el 86% de estos nuevos empresarios apuesta por los servicios, sobre todo comercio y servicios a las empresas, un porcentaje ligeramente superior a la media total. Y la mayoría se decide por pequeños negocios -el número de trabajadores raramente supera los cinco empleados- de ámbito muy local, y sólo el 6% decide aventurarse en mercados internacionales.
'La decisión de crear una empresa la toman muy pocos jóvenes', se lamenta Juan Pablo Lázaro, presidente de AJE Confederación, que creó su primera sociedad con 17 años. La situación tampoco ayuda. Escasean las líneas de crédito específicas para estos emprendedores, al igual que las ayudas y subvenciones.
En muchos casos es la desesperación bien entendida la que les lleva a dar el paso. Entre los que siguen adelante, los motivos son muy variados, pero el principal, señalado por el 31% de los encuestados, es abandonar las listas del paro, frente al 17% que quiere materializar una idea o el 14% que se lo plantea como un reto personal. La tardía incorporación al mercado laboral que padecen los jóvenes añade leña a esta situación. De los casi 5.000 emprendedores que han pasado por la ventanilla de las Cámaras, el 70% estaba registrado en el Inem, la mayoría por más de un año.
Este hecho encaja a la perfección con otra de las conclusiones del estudio, que asegura que el 87% de estos empresarios tienen experiencia laboral, la mayoría de ellos porque han trabajado para otros. Lázaro considera este hecho una ventaja: 'Lo importante no es tener una idea, sino saber cómo y a quién vendérsela'.
Frente a esta idea mitificada de los emprendedores como genios capaces de transformar una idea original en un negocio redondo, está la realidad que maneja el Servicio de Estudios de las Cámaras, que asegura que el 70% de las empresas españolas no genera ni un solo puesto de trabajo más allá del de su titular. Son los trabajadores autónomos, que, a efectos estadísticos, suman como una compañía más y que, según De Lucio, son el germen de muchas actividades empresariales tradicionales.
El análisis de AJE Confederación, que nace con vocación anual, constituye una fotografía bastante ajustada de la imagen de los nuevos empresarios. Pero no adivina su futuro. 'Crear una empresa es muy fácil', reconoce Lázaro, 'lo difícil es mantenerla abierta'. Los datos le dan la razón. Según el estudio La creación de empresas en España, más de la mitad de las compañías creadas en 1996 no habían desaparecido tan sólo cuatro años después.
Trabas burocráticas y problemas de financiación
Para crear una empresa modesta no hace falta mucho dinero. Según el estudio presentado por la Asociación de Jóvenes Empresarios, al 40% de los emprendedores menores de 40 años les bastó menos de un millón de pesetas para conseguir ese objetivo y algo más de un 25% más se conformó con entre tres y cinco millones de pesetas. La mayoría de ellos recurrieron a sus propios ahorros -el 20% sólo recurrió a este tipo de financiación, mientras que un 39% más mezcló la hucha con algún tipo de ayuda externa- y el 23% recurrió a terceros. La financiación es uno de los principales problemas para hacer realidad una empresa, más en un país donde el capital-riesgo aún está por desarrollar. Pero no el único. Las trabas burocráticas siguen dejando en el camino a muchos emprendedores. Los trámites duran meses, a pesar de los esfuerzos realizados durante los últimos años para facilitar este trago. 'Estamos muy lejos de la ventanilla única, aunque hemos avanzado en los últimos años', asegura Juan Pablo Lázaro, presidente de AJE Confederación. La ventanilla empresarial pretende acelerar los trámites que deben seguirse para crear una empresa, pero por ahora sólo existen 10 y hay dos más en proyecto. Sólo el 1% de los nuevos empresarios tarda menos de un mes en constituir su compañía. Y más de la mitad sufrieron un calvario de más de tres meses -el 18% tuvo que esperar más de medio año.
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