Financiación bancaria internacional
El BIS ha dado a conocer las estadísticas bancarias internacionales consolidadas correspondientes al segundo trimestre. Aunque esta información no recoge el impacto de los acontecimientos del 11 de septiembre sobre el grado de internacionalización bancaria, su análisis permite detectar algunos aspectos interesantes de este proceso.
La posición acreedora internacional de los sistemas bancarios del mundo desarrollado ha crecido un 3,8% en el primer semestre de 2001. Ello pone de manifiesto que, con independencia de la coyuntura, los intercambios financieros están adquiriendo una dimensión cada vez más global. Sin embargo, esta evolución viene explicada por la financiación dirigida a los países desarrollados, que, con un incremento del 5,4% desde finales de 2001, representa el 81% de las transacciones financieras que los sistemas bancarios llevan a cabo fuera de sus fronteras. Las principales economías desarrolladas del planeta, con las excepciones de Japón y Suiza, han visto aumentar su endeudamiento frente a los bancos de otros países. Ello es particularmente destacado en EE UU, país en el que la desaceleración económica no ha sido impedimento para que las entidades de crédito no estadounidenses aumentaran su financiación a esta economía un 8,7% en el primer semestre del año. Otro rasgo a destacar es que, a diferencia de lo que ocurre en Europa y Japón, donde algo más de dos tercios de los flujos financieros bancarios internacionales van dirigidos a otras entidades de crédito y al sector público, en EE UU la proporción de financiación concedida por los bancos al sector privado alcanza en torno al 60% del total.
La posición acreedora mundial en los sistemas bancarios de los países desarrollados ha crecido un 3,8% en el primer semestre de 2001
El panorama que muestra la financiación bancaria a economías emergentes es bastante distinto. Los flujos bancarios internacionales hacia estos países mantienen la tendencia descendente (-5,1%) que iniciaron tras la crisis asiática de 1997. Al igual que en EE UU, en los países en desarrollo el perfil de los acreedores de los sistemas bancarios internacionales está más orientado hacia el sector privado (55% de la financiación recibida) que hacia las entidades de crédito (28%) o el sector público (17%), tendencia que es más acusada en Latinoamérica, con porcentajes del 63%, 18% y 19%, respectivamente. Sin embargo, los factores que están detrás de este hecho en EE UU y los países emergentes son distintos. En el último caso, el establecimiento de bancos extranjeros parece estar facilitando el acceso al crédito a familias y a empresas, permitiendo paliar las consecuencias desfavorables de unos sistemas bancarios poco desarrollados.
Carmen Hernansanz es economista-jefe de Banca y Nueva Economía del Servicio de Estudios del BBVA.
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