La policía de Nueva York detiene a 12 bomberos en la protesta del 'nivel cero'
Los equipos de rescate se manifiestan para exigir que se recuperen todos los cadáveres
Los enfrentamientos entre los bomberos de Nueva York y la policía por la reducción de efectivos en la tarea de desescombro del nivel cero (el lugar que ocupaban las Torres Gemelas) se saldaron con 12 detenidos de este cuerpo. El choque se produjo cuando la policía trató de impedir que los bomberos accedieran a la zona de las obras. La pelea entre los héroes de la ciudad suma un grado a la tensión que vive en Nueva York previa a las elecciones a la alcaldía del martes y el maratón de hoy, marcado por la psicosis terrorista.
En la mañana de ayer, el fiscal de Manhattan acusó a 10 de los 12 detenidos de obstrucción a la acción del Gobierno y desórdenes. El público presente aplaudió a los bomberos mientras abandonaban la sala. Las protestas surgieron a raíz de la decisión de la alcaldía de disminuir la presencia de los equipos de emergencia por razones de seguridad. Los bomberos temen, sin embargo, que los obreros especializados contratados por la ciudad aceleren los trabajos de desescombro, perjudicando la búsqueda de los cadáveres de los 343 bomberos y 12 policías que murieron en el atentado.
'Reducir el personal de emergencia ha molestado a muchas familias', aseguró el portavoz del sindicato de bomberos, Peter Gorman. 'Giuliani, deja que traigamos a nuestros hermanos a casa', rezaba una de las pancartas de la manifestación. 'Quizás estén demasiado afectados emocionalmente y no puedan llevar a cabo su trabajo', dijo el alcalde, Rudolph Giuliani, al informar de las detenciones; 'necesitamos a profesionales con la cabeza fría. Las obras en el nivel cero se han reducido. Mucha gente no tiene nada que hacer, lo que aumenta el peligro de accidentes. Se han producido muchas situaciones inútiles de riesgo con las grúas. Uno de nuestros expertos opina que la situación está fuera de control y que si no hacemos algo por arreglarlo se producirán más muertes', añadió Giuliani.
Mientras, en una campaña electoral prácticamente invisible, los dos canditados que el próximo martes competirán por la alcaldía de Nueva York tienen el mismo problema: no son Giuliani. Ni Mark Green, demócrata liberal, político profesional, defensor del contribuyente del Ayuntamiento, ni Michael Bloomberg, republicano converso, empresario y multimillonario, han despertado gran entusiasmo. Uno de los dos -a la vista de los últimos sondeos, Green- tendrá la dura labor de reconstruir una cuidad traumatizada.
El 11 de septiembre, Giuliani parecía acabado. En el último año y medio había abandonado inesperadamente sus aspiraciones al Senado concediendo una fácil victoria a Hillary Clinton, descubrió que tenía cáncer de próstata y los detalles de su divorcio salpicaban las portadas de la prensa sensacionalista. Todo cambió con los atentados, hasta tal punto que se llegó a barajar la posibilidad de prolongar su mandato unos meses más. Ruddy era de nuevo un héroe.
Si a raíz de aquello era difícil escapar de su sombra, ahora es imposible. Los dos candidatos han quedado completamente arrinconados por los acontecimientos. Las primarias, que tuvieron que ser aplazadas el 11 de septiembre, pasaron inadvertidas. Pocos votantes han seguido los tres debates electorales, el primero de ellos en una televisión hispana. Aunque uno de cada cinco neoyorquinos es demócrata, los últimos sondeos muestran un 46% para el demócrta Green contra un 42% para Bloomberg. Los indecisos, 12%, tienen la clave.
La ciudad vive tomada, aún más, por las medidas de seguridad que acompañarán hoy al maratón, la tradicional carrera, que este año estará dedicada a las víctimas del 11 de septiembre. Se espera que 30.000 personas tomen la salida, de las que un tercio serán extranjeros. Además de los 2.500 policías que escoltarán la carrera, se ha dado orden a los corredores de no aceptar bebida ni comida de ningún espectador, y sólo de los voluntarios.
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