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LAS CUENTAS DE LA GENERALITAT

Rambla presume que la inversión pública de la Generalitat se ha duplicado en seis años

Los socialistas apuntan que apenas se invierte la mitad de lo previsto en los Presupuestos

Vicente Rambla, consejero de Hacienda, salió ayer al paso de las críticas vertidas hacia el escaso crecimiento del esfuerzo inversor de la Generalitat previsto para 2002 y presentó una panorámica de la evolución de la inversión pública de la Administración autonómica durante los últimos diez años. Rambla subrayó que la inversión pública de la Generalitat y sus organismos y empresas públicas se ha duplicado en los últimos seis años en términos absolutos y ha crecido al menos dos puntos porcentuales respecto al total del Presupuesto.

El Presupuesto, como su nombre indica, recoge una previsión de los gastos e ingresos de la Administración autonómica durante el ejercicio venidero. Sus cifras, por tanto, expresan una voluntad. 'Lo que queremos hacer', comentó Rambla ayer. Un escenario virtual.

Las inversiones reales de la Generalitat para 2002 apenas crecen un 4% cuando el total del Presupuesto sube un 10,4%. Pero Rambla indicó que para estimar el esfuerzo inversor previsto por el sector público durante el próximo año deben acumularse las partidas relativas a transferencias de capital -los fondos que destina la Generalitat para financiar las inversiones de otras instituciones- y la dotación para inversiones de las entidades y empresas de la Administración autonómica, recogidas en otros capítulos.

De acuerdo con los sucesivos escenarios virtuales de gasto dibujados durante los últimos diez años y tomando los indicadores más favorables para la posición oficial, el esfuerzo inversor del sector público durante 2002 se eleva al 22,4% del Presupuesto total, cuando hace diez años, apenas representaba un 17,2%.

En términos absolutos, el aumento del esfuerzo inversor público casi se triplica en los últimos diez años cuando el presupuestos consolidado total sólo se ha duplicado.

Escenario realSin embargo, la expresión de voluntades que recogen los presupuestos tiene su correlato en la liquidación posterior, que firma el interventor de la Generalitat y que recoge la ejecución efectiva de las previsiones. Un escenario real.

El seguimiento de la ejecución de las inversiones reales de la Generalitat durante los últimos tres años revela un cuadro menos optimista. Los datos relativos a las obligaciones contraídas por las distintas consejerías 31 de septiembre -cuando apenas queda margen para asumir nuevos compromisos de gasto- en los últimos tres años indican que apenas se había gastado la mitad de lo previsto.

La Consejería de Sanidad es, con notable diferencia, la que menos se ajusta a las estimaciones de inversión recogidas en los presupuestos. Este año, por ejemplo, Sanidad disponía de 22.094 millones de pesetas para inversiones. Diversas modificaciones de crédito han reducido esta cifra en torno al 30%, de modo que a finales de septiembre, la consejería que gestiona Serafín Castellano disponía de poco más de 15.000 millones para invertir en la construcción de nuevos centros de asistencia o para compra de instrumental. Pero las obligaciones de gasto efectivamente contraídas en esa fecha se reducían a 2.316 millones. Es decir, sobre el presupuesto inicial, Sanidad había reducido su margen de maniobra un 90%.

El verdadero problema se detecta a la larga porque la reducción de inversiones sigue una evolución similar, al menos durante los últimos tres años. En 1999, las Cortes acordaron que Sanidad podría disponer de 17.200 millones para inversiones. Pero, a 31 de septiembre, apenas se habían comprometido gastos por un total de 5.800, apenas un tercio de lo previsto inicialmente.

A lo largo del año 2000, la reducción de las inversiones fue todavía más llamativa. Sobre los 17.459 millones previstos inicialmente, los responsables de la consejería apenas habían comprometido 2.087 en inversiones a 31 de septiembre, un exiguo 17,5%.

El resultado acumulado de los últimos tres años arroja una situación lamentable. Sanidad podría haber invertido 46.753 millones pero apenas ha gastado 10.200.

El mismo problema se reproduce en otras consejerías y pone en tela de juicio los datos ofrecidos por Rambla, que sólo atienden a las previsiones de gasto y no estiman las liquidaciones posteriores.

La Consejería de Obras Públicas, el área que más gasta en inversiones en gran diferencia, suele ser la que cumple con más regularidad sus previsiones porque gasta en obras que tardan años en ejecutarse. Sin embargo, a lo largo de los últimos tres años, apenas ha invertido el 60% de lo previsto.

La Consejería de Educación ofrece la sorpresa positiva en el mismo seguimiento de las inversiones para mejora de centros educativos. Si en 1999 el área que gestiona Manuel Tarancón gastó el 48% de los fondos que tenía a su disposición, en 2000 esa cifra se elevó al 61% y alcanza un 66% en el año en curso. Aunque cabe señalar que el total de fondos para inversión en el área de Educación se redujo sensiblemente a principios de este año debido a la constitución de la empresa pública Ciegsa, cuya finalidad es acometer las construcciones escolares pendientes para culminar las dotaciones previstas en el denominado mapa escolar, que fue aprobado en 1996.

Los responsables de Hacienda consideran perverso atender exclusivamente a la evolución del capítulo de inversiones de cada consejería para medir el esfuerzo inversor de la Generalitat, porque una parte significativa de ese gasto se desplaza hacia otras administraciones y hacia empresas públicas, que en 2002 duplican sus previsiones de inversión.

Pero, sobre todo, consideran lamentable que la oposición califique los Presupuestos como 'un fraude'. 'Se puede estar o no de acuerdo con el destino de las diferentes partidas, pero no se puede decir seriamente que los presupuestos son un engaño', comentó Rambla.

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