Una construcción complicada en una plaza aún por reformar

El proyecto del edificio del nuevo Museo del Diseño tiene que realizarse de forma coordinada con los equipos encargados de la reforma de la plaza de las Glòries. El nuevo plan urbanístico de este espacio aún no está definido, lo que puede retrasar las obras, pero el objetivo es desplazar hacia el exterior unos setenta metros la anilla inferior de la plaza y dejar la anilla superior suspendida sobre pilares, lo que comporta la desaparición del actual aparcamiento y de las paredes de la anilla. De esta forma, habrá continuidad visual entre los parques del exterior y del interior de la anilla de las Glòries.

Frente al nuevo museo está previsto situar un lago que en el proyecto de MBM tenía que rodear también la Torre Agbar, si bien el arquitecto de este edificio, Jean Nouvel, desesetimó la oferta.

El aspecto más complicado en la construcción del nuevo museo es el estructural, ya que gran parte del edificio está soterrado bajo la plaza, una zona saturada de túneles de transportes y de otras infraestructuras, especialmente el metro. La planta del edificio ha tenido que adaptarse a estos equipamentos e incluso, afirma Josep Martorell, a los que pueda haber en el futuro.

Vibraciones y ruidos

'Dentro de varios años está previsto que en el centro de la plaza, además del metro, haya también dos estaciones de cercanías, la del Vallès y la del Maresme, por lo que hemos tenido ya los primeros contactos con los responsbles municipales para que el edificio no interfiera en estos planes', explica Martorell. 'Hemos consultado ya a los ingenieros que diseñaron la plaza y no hay problemas estructurales para llevar adelante nuestro proyecto, pero hay otros problemas añadidos, como es el de los ruidos y el de las vibraciones que produce la densidad de tráfico de la zona', añade.

De momento, los arquitectos se están concentrando en la fase estructural ya que, afirma Martorell, 'dadas las pocas posibilidades que ofrece la plaza, puede empezarse ya a trabajar en este nivel antes de definir la distribución interna, que ya se ha pensado que pueda adaptarse a múltiples posibilidades'. El estudio ha incorporado para este proyecto al ingeniero Robert Brufau, con amplia experiencia en reforzar las estructuras de edificios históricos como ha demostrado en el Museo Nacional de Arte de Cataluña y la Fàbrica Casaramona.

Pese a que es un proyecto aún muy incipiente, en principio está previsto que se entre en el inmueble por el edificio alto, donde habrá un gran vestíbulo desde el cual el visitante podrá dirigirse hacia la planta inferior -con una fachada de unos siete metros sobre el lago artificial-, donde estarán situadas las salas de exposiciones, o hacia la zona de servicios, que estarán agrupados en el edificio alto. También está prevista una zona de exposición en el exterio para piezas de diseño de gran tamaño, que conectará con la zona ajardinada.