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Las instituciones ven 'preocupante, pero no alarmante' la bajada en las reservas de agua

Los principales embalses se encuentran casi a la mitad de su capacidad debido a la sequía

Las autoridades no vaticinan problemas de suministro de agua por la persistente sequía, que ha dejado los principales embalses que abastecen a Euskadi casi a la mitad de su capacidad. 'La situación es preocupante pero no alarmante', asegura un portavoz del Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia, que abastece a la mitad de la población vasca. 'Se podrían aguantar dos o tres meses con ausencia de lluvia y sin necesidad de restricciones', añade. El Gobierno tampoco espera problemas y recuerda que ésta es la época más seca del año. Octubre ha sido el mes más caluroso desde 1997.

La psicosis por la grave sequía de 1990 no ha desaparecido aún del todo. Por ello, un tiempo prolongado sin lluvias aviva los temores. Ahora los embalses del Zadorra, que abastecen a todo el área metropolitana de Bilbao (un millón de habitantes) y Vitoria (cerca de 220.000 residentes), se encuentran al 53% de su capacidad, que supera los 180 millones de metros cúbicos. Ese porcentaje está todavía lejos del 35% de capacidad que alcanzaron los embalses alaveses en la sequía del 90, pero supone diez puntos menos que el el registrado el pasado año por estas fechas. En octubre de 2000, el sistema del Zadorra tenía almacenados 112.400 hectómetros cúbicos; hasta el pasado miércoles, su capacidad rondaba los 94.700.

'Las cantidades actuales son preocupantes pero no alarmantes. Con la sequía del 90 no llovió desde el verano hasta marzo. Todavía no se ha valorado el establecimiento de restricciones', dice un portavoz del Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia, encargado de abastecer a 55 municipios del área metropolitana. 'Se pueden aguantar dos o tres meses sin restricciones de consumo en el caso de que no lloviera, y en este plazo se tomarían las decisiones pertinentes. Pero los técnicos analizan diariamente la situación de los recursos', añade.

Plan de captacionesLas entidades encargadas de garantizar el abastecimiento de agua aseguran que las instalaciones están en óptimas condiciones para adoptar posibles medidas extraordinarias y recuerdan la existencia de un plan de emergencia, creado tras la sequía de diez años atrás. 'Somos optimistas porque estamos preparados por si hubiera una situación de sequía'. Dicho plan contempla el uso de captaciones auxiliaras, como el uso de agua de ríos y presas, 'cuyas obras están realizadas por si necesitan'.

El Gobierno vasco tampoco ve problemas importantes. 'Estamos en una fase normal. La época del año más seca es ésta', afirma un portavoz de la Dirección de Aguas. Añade que, con la situación actual, no está prevista la puesta en marcha 'de mecanismos complementarios'. 'Si la curva del nivel continúa baja, entrarían en marcha las captaciones previstas, para las que no se necesita ninguna obra, porque ya están preparadas'.

Pero en algunas localidades como Llodio, que depende del embalse de Maroño, existe menos optimismo, porque esta instalación se encuentra al 30% de su capacidad. El presidente de Aguas Municipales de Vitoria (Amvisa), el concejal José Antonio Pizarro, ha afirmado que, si no llueve en noviembre, habrá que adoptar medidas de emergencia, pese a que el almacenamiento actual garantice el suministro durante seis meses. En Guipúzcoa, el volumen de agua embalsado en el pantano de Añarbe, que abastece a 300.000 habitantes del área de Donostialdea, se encuentra en el 60%, frente al 93% que registraba ahora justo hace un año.

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El más caluroso desde 1997Temores aparte, la realidad es que este pasado octubre ha sido el más caluroso en los últimos cinco años, con una temperatura media de casi 20 grados y máximas de hasta 30. Los meteorólogos han admitido que en el inicio del otoño los termómetros han estado cerca de 12 grados por encima de lo habitual en estas fechas. Las lluvias han ido en sintonía con el calor y en Vizcaya solamente cayeron 47 litros por metro cuadrado, una cifra tres veces inferior a lo registrado en octubre de 2000.

El tiempo ha tenido su influencia en la economía. El ahorro energético en calefacción contrasta con las pérdidas en el comercio, que ve cómo las ropas de abrigo permanecen apiladas en sus establecimientos. Según los cálculos de la asociación de comerciantes del Casco Viejo, la facturación ha bajado hasta ahora en un 30% respecto al otoño de 2000.

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