Sigue sin enterarse
Es viernes, doce de la noche. La puerta de mi vivienda, en la plaza del Conde de Barajas, está taponada de vehículos; para más inri y para dejar más sitio a sus vehículos, los automovilistas han retirado las vallas que cubren las infinitas zanjas y las han dejado delante del portal. No podemos ni sacar la basura; difícilmente, entrar o salir de la vivienda.
Y es que seguimos sin bolardos, sin obstáculos para que los coches entren en una zona peatonal; nadie hace caso a los discos y cada uno campa por sus respetos, en perjuicio de los vecinos, mientras la guardia municipal brilla por su ausencia.
Menos mal que en el 092 me han atendido más que con corrección, hasta con amabilidad, pero hemos llegado a la conclusión de que posiblemente ni la grúa municipal pueda entrar. Más efectiva será la multa, me dicen.
Y me pregunto: ¿no será más efectivo aún que el alcalde se tome en serio de una vez por todas el aparcamiento, el tránsito, los discos de circulación, el código... y podamos vivir un poco mejor?
Confío en que los servicios de prensa municipales pasen al regidor los recortes de prensa de estas quejas, cada vez más numerosas, y se plantee poner una solución definitiva.
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