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Bayer aprovecha la apertura de China para hacer la mayor inversión de su historia

La operación supone un tercio de los 10.000 millones de euros que invertirán varias firmas alemanas

Durante la visita del primer ministro aleman, Gerhard Schröder, a Pekín, Shanghai y otras ciudades chinas, se ha producido una verdadera ofensiva comercial en la que se han firmado 30 contratos por cerca de 10.000 millones de euros (1,6 billones de pesetas). El canciller alemán viaja acompañado de un nutrido grupo de empresarios y en varias discursos ha saludado la importancia de que China próximamente acceda a la Organización Mundial del Comercio (OMC). Este hecho no ha pasado desapercibido para el sector alemán que ve en el mercado chino uno de los principales clientes del futuro.

Hasta 2010, Bayer proyecta invertir en toda Asia cerca de 6.000 millones de dólares, lo que deberá permitir que la facturación en este continente pase del 16% del total al 25%. Desde un punto de vista estratégico, ello deberá posibilitar disminuir la dependencia del mercado europeo y norteamericano. Estados Unidos representa el 40% de las ventas de la compañía, lo que en estas épocas de crisis y baja demanda es una mala noticia. De hecho, Schneider espera que el último trimestre del año sea el 'más flojo en mucho tiempo' para el conjunto de la industria química.

Viaje de Schröder

El viaje Schröder a China está teniendo frutos. Además de Bayer, uno de los competidores alemanes de Bayer, la empresa química BASF, apuesta fuertemente por este país asiático. Tras anunciar en septiembre pasado una inversión por 2.700 millones de dólares (500.000 millones de pesetas), la compañía estudia ahora construir una nueva planta en la misma zona industrial de Caojing con una inversión por otros 1.000 millones de dólares, según un convenio también firmado durante la visita de Estado.

En la industria del acero, Thyssen Krupp ha anunciado la creación de una sociedad conjunta con el productor chino New Steel Co, que comenzará a funcionar a partir de 2003 y dentro de unos años deberá arrojar una facturación cercana a los 220 millones de dólares (40.700 millones de pesetas). La misma compañía alemana tiene previsto poner en marcha hoy otra planta, compartida con la china Baosteel, que ha supuesto inversiones por 1.430 millones de dólares (264.500 millones de pesetas).

Junto a Siemens, Thyssen Krupp participa asimismo en el consorcio Transrapid, el tren de levitación magnético, que posiblemente será comprado por China después de que su construcción en Alemania por el momento haya sido descartada por sus elevados costes de construcción.

Siemens en esta oportunidad ha firmado contratos por 760 millones de marcos, 65.000 millones de pesetas, en instalaciones eléctricas y redes de transmisión de datos.

Alemania es el más importante socio comercial de China en Europa, con un volumen de transacciones anual de 35.000 millones de marcos (3 billones de pesetas). Entre enero y julio, las compras alemanas en China aumentaron un 11,1%, mientras que las exportaciones a este país asiático se dispararon un 40,1%. La importancia comercial de China aumentará aún más con su ingreso a la OMC, según coinciden en afirmar los expertos que recalcan el potencial del primer país del mundo por población.

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