Guerra en crisis

La guerra que libra EE UU en Afganistán (...) tiene dos objetivos relacionados entre sí: derribar al régimen talibán y aniquilar el centro de la red terrorista Al Qaeda, protegida por ese país, es decir, neutralizar a Osama Bin Laden. El Gobierno estadounidense ya dijo desde el principio que el combate contra el terrorismo sería una larga lucha que no se limitaría geográficamente a Afganistán y que también se desarrollaría con instrumentos no militares. Lo que no estaba previsto era lo dificultoso que resultaría derrotar a los talibanes. Ésa es la razón de la crisis en la que se encuentran sumidos ahora los responsables de la campaña bélica estadounidense. (...) Esta campaña es una guerra de desgaste que exige lo que las sociedades democráticas están menos dispuestas a aportar: paciencia. (...)

EE UU tendrá que intensificar su intervención militar para derribar al Gobierno talibán; no puede excluirse que para ello sean precisas grandes operaciones terrestres de comandos estadounidenses. Pero sobre todo, y a pesar de ciertas objeciones, tiene que aumentar de forma masiva su apoyo a la Alianza del Norte. (...) En todo caso, no cabe esperar una solución rápida, y la paz exigirá sin duda todavía más paciencia que la guerra. Es preciso seguir concentrando en Afganistán toda la energía, tanto militar como política. Por el contrario, una extensión de la guerra, por ejemplo a Irak, podría poner en marcha una reacción en cadena que recorriera todo el mundo islámico, con consecuencias que quizá ya no fuera posible controlar.

Günther Nonnenmacher

Francfort, 31 de octubre