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Arenas reclama a Aznar más libertad para hacer su equipo si continúa de secretario general del PP

Los estatutos se reformarán para preparar el retorno del presidente cuando deje La Moncloa

Javier Casqueiro

Javier Arenas negoció el pasado fin de semana con José María Aznar su futuro. El secretario general del PP admitió ayer en público que había conversado sobre su continuidad con el presidente del Gobierno pero no quiso revelar el resultado de esa charla, al no estar cerrada en todos sus aspectos. Arenas esgrimió ante Aznar el esfuerzo que ha realizado durante estos tres últimos años, con actos todas las semanas, presencias diarias y la preparación con éxito de siete procesos electorales, y le reclamó más libertad para componer su equipo que la que tuvo en 1999 si finalmente el presidente decide que siga.

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El núcleo duro del Gobierno y del PP ha llegado a la conclusión tras las últimas actuaciones y deliberaciones de Aznar, sobre todo con el rebuscado y equilibrado reparto de las ponencias del XIV Congreso Nacional, que Javier Arenas renovará su mandato como secretario general del partido tras la convención de enero. Algo que no admite muchas especulaciones si el presidente del Gobierno evita efectuar en las próximas semanas el ajuste en su Gabinete que le reclaman algunos dirigentes del PP para recuperar el pulso.

Todo apunta a que esa crisis no se producirá, como ayer avanzaron tanto el ministro portavoz, Pío Cabanillas, como el propio Arenas, que argumenta que el Ejecutivo ya ha recibido un buen aval con el resultado de las elecciones gallegas.

Arenas, por tanto, está en casi todos los pronósticos para repetir mandato como secretario general del PP, aunque no necesariamente con el objetivo de completarlo. Arenas estaba pendiente de una conversación con Aznar para despejar algunas de esas incógnitas. Esa charla tuvo lugar el pasado fin de semana en varias fases y distintos escenarios.

Cena de cohesiónEn la noche del sábado, el presidente, el secretario general y los tres vicesecretarios, cenaron en Madrid con sus esposas para afianzar su relación, que consideran muy cohesionada y sin fisuras y una de las claves de sus buenos resultados electorales frente a las divisiones que observan en el PSOE.

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Arenas no se limitó a exponer a Aznar la consigna habitual de que estaba y está a su disposición para la labor que considerase oportuna. Ayer, en público, se definió como un miembro leal del equipo que entrena José María Aznar dispuesto a jugar en cualquier posición. En privado, le explicó al presidente del Gobierno algunas 'circunstancias' para que comprendiese lo difícil que le ha resultado su trabajo de estos tres años, sobre todo por los problemas de integración con un equipo que él se encontró prácticamente hecho y diseñado por el anterior coordinador general del PP, Ángel Acebes, el ponente de Estatutos en el pasado congreso y en el próximo que se celebrará en enero.

Arenas ni le pidió continuar en la secretaría general ni que le reintegrase en su equipo en el Gobierno. Eso sí, le dejó claro que para afrontar los retos del próximo mandato, las elecciones autonómicas y municipales de 2003 y las generales de 2004, el nuevo secretario general debía tener más libertad para elegir a sus colaboradores.

Arenas, por ejemplo, no cree necesaria la figura del portavoz del partido, que ahora ostenta un coordinador nacional, en este caso Rafael Hernando. El actual número dos del PP no pudo siquiera opinar en 1999 sobre su entorno más próximo, los cuatro coordinadores nacionales en que se estructuró el funcionamiento diario del partido: Pío García Escudero (organización), Hernando (comunicación), Ana Mato (acción sectorial) y Mercedes de la Merced (formación).

Fuentes del PP aseguran que en este periodo sólo ha mantenido una buena relación continuada con Ana Mato, que tiene una sintonía particular con Aznar desde Castilla y León y a la que ahora ha premiado con la ponencia de Estatutos, que compartirá con Acebes.

La ponencia de Estatutos se presume precisamente como una de las más interesantes del congreso de enero. Suele ser muy participativa, porque los compromisarios discuten en ella el diseño de la organización. En este caso, además, el dibujo de partido que se perfile en la ponencia de Estatutos es el que recogerá Aznar cuando retorne a su despacho del PP tras dejar la presidencia del Gobierno en 2004, si cumple su palabra de no estar más de ocho años seguidos en La Moncloa.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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