Pescadores franceses impiden a 37 barcos españoles la descarga de anchoa
El Gobierno vasco presentará una denuncia ante la Comisión Europea
España y Francia vivieron ayer un nuevo capítulo de la guerra pesquera en el Golfo de Vizcaya. Los pescadores franceses bloquearon el puerto de La Rochela e impidieron la descarga de anchoa de 37 barcos españoles que estaban faenando a 40 millas de las costas españolas. El Gobierno vasco anunció ayer que ha mantenido contactos con la Administración central para presentar un denuncia ante la Comisión Europea contra Francia por no respetar el principio de libre circulación de mercancías.
Las guerras pesqueras entre Francia y España se han repetido en los últimos años de forma sistemática. El último episodio se vivió ayer y era ya esperado, según el viceconsejero de Pesca del Gobierno vasco, Luis Miguel Macías. Los 37 barcos que no pudieron descargar sus anchoas en La Rochela tenían previsto enviarlas por carretera a España para su posterior comercialización. Los pescadores franceses alegan para impedir la descarga que el mercado de la anchoa se encuentra en dificultades por la entrada de genero procedente del Mediterráneo.
Macías señaló ayer que desde el Gobierno vasco se había advertido tanto a la dirección general de Comercio Interior como a la de Pesca de la Unión Europea que estos incidentes se podían llegar a producir. Sin embargo, ayer a la llegada de los buques se produjo el esperado bloqueo sin que las autoridades francesas lo impidieran.
De los 37 barcos cargados de anchoa, 17 son cántabros y 20 vascos. Las cofradías de pescadores de las dos comunidades autónomas y el director de Pesca del Gobierno vasco, Josu Santiago, se trasladaron ayer a La Rochela para intentar mediar con las autoridades francesas. Sus actuaciones no impidieron el bloqueo con 40 embarcaciones francesas que imposibilitó incluso la descarga en puerto segunda fila. En el intento de bajar las anchoas, algunas cajas se fueron al suelo.
Acta notarial
Los pescadores, sí consiguieron que la autoridad portuaria de La Rochela instara a los barcos franceses a desistir de su actitud. Al no conseguirlo se levantó acta con la presencia de un notario para poder acudir ante la Comisión Europea, según Macías. La policía y autoridades francesas en ningún momento actuaron para que no se vulneraran los principios comunitarios. La cuota de la anchoa en el Cantábrico corresponde en un 90% a la flota española y en un 10% a la francesa. El límite máximo de capturas está en 33.000 toneladas de las que 30.000 corresponden a España. De éstas, se cedieron en 1992 a Francia 9.000 toneladas a condición de que no se faenara en primavera, cuando se realiza la costera tradicionalmente por las flotas españolas del Cantábrico.
Hasta hace diez años los buques españoles no faenaban en esta época del año. Ahora lo hacen y no existe una limitación legal, pese a que los pescadores franceses entienden que esta contrapartida se deriva del pacto de 1992. El mercado de venta de la anchoa se concentra en España.
El Gobierno vasco y las cofradías de pescadores señalaron ayer que los barcos deberán regresar a puerto al no poder descargar con el perjuicio económico que supone el regreso y la pérdida de días de pesca.
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