Bebés nigerianos 'olvidados' en Murcia
El Gobierno deporta a dos mujeres 'sin papeles' y deja a sus hijos en España
Elvis Martins Uwaifo y Osagie Efehi son dos nigerianos que esta primavera entraron clandestinamente en España a bordo de una patera y ahora se hallan en Murcia sin papeles. Su situación no merecería más atención que la de miles de compatriotas que se esconden de la policía si no fuera porque Elvis tiene 13 meses y Osagie 18. Estos críos juguetones son hijos de dos mujeres inmigrantes irregulares que fueron detenidas en la madrugada del pasado día 11 cuando ejercían la prostitución en las proximidades del hipermercado Eroski de Murcia.
El fiscal se ha puesto en contacto con la policía para tratar de que los niños vuelvan a estar con sus madres
Según la Delegación del Gobierno en la comunidad murciana, durante la mañana siguiente la policía les abrió un expediente. Ellas se negaron a firmarlo, pero sí lo hicieron sus abogados y sus intérpretes. Fueron trasladadas a un centro de internamiento y advertidas de que disponían de 48 horas para formular alegaciones contra su repatriación. Las autoridades gubernamentales afirman que no presentaron ninguna.
El día 16 la Delegación del Gobierno en Murcia tramitó la propuesta de expulsión y el 24 fueron trasladadas a Madrid y embarcadas en un avión rumbo a Lagos, capital de Nigeria. Así es como se quedaron en Murcia Elvis y Osagie, sus supuestos hijos. Hay que decir supuestos porque no existe documento alguno que certifique la maternidad. Por el momento, ambos están al cuidado de dos amigas de las expulsadas. Nadie sabe qué será de ellos mañana.
¿Cómo ha podido producirse el error colosal de deportar a las madres y dejar a sus bebés en España? La Delegación del Gobierno en Murcia afirma que desconocía la existencia de los niños. Sin embargo, los abogados de ambas mujeres afirman lo contrario.
Pablo Ruiz Palacios, abogado de Omosefe Ijefurobo, la madre de Osagie, asegura que comunicó al juez de instrucción la existencia del niño el día 20. Pedro Andújar, defensor de Patience Uwaijo, la madre de Elvis, asegura que hizo otro tanto el 23. Tres días más tarde, ambos letrados se enteraron por la prensa de que las madres habían sido repatriadas.
Andújar afirma que esta situación es consecuencia de la costumbre que tiene la policía de entregar las órdenes finales de expulsión prácticamente a pie de avión, para que los letrados de los inmigrantes no tengan tiempo a recurrirlas.
Según los abogados, los policías del centro de internamiento sabían que las detenidas tenían hijos en España. Grace, una nigeriana con papeles en cuya casa vivía Patience, llevó a los niños a visitarlas el domingo 14 de octubre. Tuvo que identificarse e identificar a los niños para que pudieran ver a sus madres, cristal blindado por medio.
El jueves 18 se presentó en el centro un funcionario del consulado de Nigeria para entrevistarse con las internas. A pesar de que se negaron a hablar con él, parece ser que éste certificó que eran ciudadanas de su país. Pedro Andújar afirma que no existe constancia escrita de ese trámite.
Los abogados han hablado con el fiscal, y éste se ha puesto en contacto con la policía para intentar deshacer el entuerto. Mientras las autoridades deciden si vuelven a traer a las madres a España o deportan a los niños a Nigeria, Elvis y Osagie se lo pasan en grande.
El primero está al cuidado de Grace, que a sus 29 años se ha visto convertida en madre adoptiva. Aunque se muestra asustada ante la responsabilidad que le ha tocado en suerte, esta mujer enérgica no parece dispuesta a permitir que los servicios sociales se lleven al crío: '¡Que no me lo quiten!', grita al otro lado del teléfono. De Osagie se ocupa un matrimonio de nigerianos que aún se encuentran desconcertados por lo ocurrido.
Por el momento, la Cruz Roja ayuda en lo que puede a las tutoras forzosas; también los abogados echan una mano, pero a ninguo de ellos se le escapa que los niños no pueden continuar indefinidamente en esta situación.
Nadie se atreve a anticipar un desenlace. Y es que el caso de los que probablemente sean los sin papeles más jóvenes de España no entró en los cálculos de los legisladores que redactaron la Ley de Extranjería.
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