La fiscal incluye el genocidio entre las acusaciones contra Milosevic
El tribunal obliga al ex presidente yugoslavo a escuchar los cargos
Impasible, el ex dictador serbio Slobodan Milosevic se vio obligado ayer por primera vez a escuchar las atrocidades y los crímenes de los que se le acusa. Ante su reiterada negativa a leerlos por sí mismo, los jueces del Tribunal Internacional Penal para la antigua Yugoslavia (TIPY) le desgranaron, uno a uno, los cargos. La fiscal Carla del Ponte ha incluido la acusación de genocidio contra Milosevic por su actuación en Bosnia.
Persistente en sus decisiones, Milosevic continúa sin nombrar abogado y negando la competencia del tribunal de las Naciones Unidas. La fiscal Carla del Ponte le considera responsable de 'instigar, planificar, ejecutar y ayudar' en las brutales violaciones contra los derechos humanos perpetradas sistemáticamente contra croatas y albanokosovares. Según las actas de acusación, en un intento de crear la Gran Serbia, más de medio millar de ciudadanos fueron asesinados, entre ellos ancianos y niños de tan sólo unos meses, miles fueron deportados, torturados y salvajemente ejecutados, decenas de mujeres víctimas de brutales ataques sexuales y viviendas y edificios de interés cultural resultaron arrasados.
Desde que Milosevic fue trasladado a La Haya, el pasado 28 de junio, Del Ponte anunció que continuaba la búsqueda de pruebas para ampliar los cargos. Según adelantó ayer su portavoz, la semana que viene se presentarán oficialmente los documentos que le responsabilizan del genocidio cometido en Bosnia. Con este crimen, el más grave que contempla el estatuto del tribunal, el ex líder yugoslavo se puede enfrentar a una pena de cadena perpetua.
Enfundado en un traje azul marino y con la misma corbata que en sus dos anteriores comparecencias, con los colores de la bandera yugoslava, Milosevic reiteró que no reconoce eL tribunal y que ha sido ilegalmente entregado por las autoridades de Belgrado. 'Sé muy bien de qué se me acusa sin necesidad de leer las actas. Tuve el honor de defender a mi país de una invasión extranjera y del terrorismo', dijo chulesco en serbocroata durante la vista preliminar de ayer.
Actitud despectiva
Milosevic se mostró en todo momento muy despectivo, especialmente hacia Del Ponte. Cuando ésta habló en francés ni siquiera se puso los cascos. Estaba más interesado en observar a la tribuna del público y en seguir el trabajo que efectuaba un dibujante que le hizo varios retratos al óleo.
Sólo cuando el juez volvió a darle por la tarde el turno de palabra perdió algo de compostura, al impedírsele hacer una soflama contra EE UU y la OTAN. 'Señor Milosevic, ¿se considera culpable o inocente?', le preguntó el presidente del tribunal, Richard May, tras haber escuchado durante más de dos horas el acta de acusación relativa a sus presuntos delitos en Kosovo. Muy irritado, el ex dictador dijo que los cargos eran falsos y mostraban la parcialidad de la fiscal. May le cortó en seco e interrumpió el sonido de su micrófono. 'Cállese', le gritó. Y concluyó que al no querer responder estimaba que el acusado se declaraba 'no culpable'. Igualmente sucedió cuando se le preguntó más tarde sobre sus presuntas responsabilidades en Croacia.
Desafiante, el ex mandatario yugoslavo continúa decidido a asumir su defensa y rechaza a los amicus curiae, tres intermediarios legales -un serbio, un británico y un holandés- que el tribunal internacional ha nombrado para resolver algunos de los aspectos que plantea la falta de defensores del acusado. Sorprendiendo a la propia fiscalía, los tres abogados también negaron la competencia del tribunal.
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