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Reportaje:

Jaén recupera su judería

Una asociación cultural promueve el rescate del legado de la comunidad sefardita

Ginés Donaire

Jaén se dispone a saldar una vieja deuda con la comunidad sefardita, que durante siglos formara parte de la memoria colectiva de esta ciudad. La asociación sociocultural de voluntariado Iuventa ha logrado el consenso de los grupos políticos municipales para activar la recuperación del barrio de la judería, un entramado de callejuelas que conservan la estructura urbana propia de la cultura judaica: núcleos aislados de las zonas de tránsito islámicas, de calles estrechas, con apenas tres salidas al exterior y con puertas para cerrar el complejo de noche.

La judería documentada en Jaén se localiza en pleno casco antiguo, alrededor de las calles Santa Cruz, Santo Rostro y callejón del Gato, aunque se cree que pueda extenderse también a la calle Vicario. Aunque la traza urbana permanece inalterable con el paso de los siglos -los historiadores sitúan la presencia sefardita en Jaén desde el año 612- la judería jiennense se encuentra actualmente en un estado lamentable que aleja a Jaén, hoy por hoy, de su pretensión de formar parte de la Red de Juderías Camino de Sefarats, a la que pertenecen ciudades como Córdoba, Toledo o Girona. Solares abandonados, basura en las calles, fachadas pintadas, construcciones anárquicas y, sobre todo, la percepción ante los ojos de los turistas de que se trata de un barrio marginal en toda su extensión.

'Hace falta una actuación global, no vale con cambiarle el nombre a las calles', señala Rafael Cámara, secretario de la asociación Iuventa y promotor del proyecto de recuperación de la judería en Jaén para el que se ha creado una comisión asesora con representantes de la Universidad, del Instituto de Estudios Giennenses y de otros colectivos culturales y sociales de la ciudad.

Los miembros de Iuventa cifran en unos 20 millones de pesetas la inversión mínima para adecentar la zona, además de otros incentivos a los dueños de las viviendas para la limpieza de sus fachadas. Sin embargo, alertan sobre todo de los riesgos que entrañan los proyectos de construcción de viviendas sociales promovidos desde el Ayuntamiento. 'Las nuevas edificaciones han de hacerse con absoluto respeto al entorno histórico, respetando el trazado y los elementos ornamentales que recuerden el origen de esta zona judaica', asegura Rafael Cámara. Además, Iuventa pide la instalación en la plaza del Rostro de una menorá o candelabro, símbolo judío por excelencia para rendir tributo a las aportaciones de la comunidad sefardita en Jaén.

La comunidad judía fue el 10% de la población de Jaén hasta que fueron expulsados u obligados a la conversión en el siglo XIV. Además de un revulsivo turístico para la deprimida zona del casco antiguo jiennense, la judería debe servir, a juicio del colectivo Iuventa, para 'reflexionar sobre la coexistencia pacífica entre cristianos, judíos y musulmanes'.

Rafael Cámara, en una casa del barrio que habitaron los judíos en Jaén.
Rafael Cámara, en una casa del barrio que habitaron los judíos en Jaén.JOSÉ MANUEL PEDROSA
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Ben Saprut, un ilustre jiennense

Pocos son los jiennenses que conocen al que fue, sin duda, uno de los hijos más ilustres de la ciudad: Hasday Ben Saprut, famoso médico y farmacéutico que fuera en el siglo X ministro de dos califas, Abderramán III y Al-Hakan, además de convertirse en el mejor mediador con la cultura musulmana y la cristiana. En la plaza de La Magdalena se encuentra la casa donde vivió este jiennense. La tradicional Estrella de David, símbolo ornamental característico de los judíos, deja constancia de esta huella histórica, que los actuales propietarios del inmueble han sabido conservar con una acertada rehabilitación. Ahora, el acuerdo municipal para recuperar la judería en Jaén prevé, como primera actuación, conceder el nombre de Ben Saprut a una de las avenidas que va a simbolizar la expansión de Jaén por su zona norte, la que unirá la plaza Jaén por la Paz con el barrio de Las Fuentezuelas. Los componentes de la asociación Iuventa confían, no obstante, en que este proyecto lleve consigo también la erradicación de algunas leyendas despectivas que aún se mantienen vigentes y que constituyen una afrenta para una comunidad que fue víctima de cruentas persecuciones. De hecho, en Jaén se instaló el tercer Tribunal de la Inquisición, sin duda por el elevado número de judeo-conversos que había en la ciudad. Como la frase del argot popular jaenero hacer sábado, refiriéndose a una profunda limpieza en una casa o local. 'Indica una actitud de exacerbado cristianismo, indicando que el día que más se trabaja es aquel en que la comunidad de judeo-conversos celebraría en secreto el shabatt (sábado), lo que sería un desprestigio para la comunidad sefardita', indica Rafael Cámara, de la asociación Iuventa. Los componentes de esta dinámica asociación han proyectado también la edición de la historia de los judíos en Jaén, la realización de unas jornadas sefarditas, la elaboración de murales en la zona de la judería o unas jornadas de gastronomía sefardita. Y es que el aceite de oliva que ahora reina en la cocina jiennense ya era un producto estrella en los platos de los judíos, todo lo contrario que la tradición cristiana que obligaba a cocinar con manteca y tocino.

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