Una ONG ultima un piso exclusivo para inmigrantes huidas de sus proxenetas
Las asociaciones que trabajan con las ex prostitutas demandan más medios económicos
El primer piso de acogida exclusivo para mujeres inmigrantes que han sido víctimas de mafias que las explotaban como prostitutas en Madrid está casi listo. La Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituta (Apramp) abrirá en los próximos meses una vivienda para ex meretrices que, por sus propios medios o gracias a la intervención policial, han conseguido librarse de los mafiosos que las explotaban. Tras su ingreso en el piso, comienza la tarea más importante: convencer a las mujeres de que denuncien a sus ex proxenetas.
La vivienda, que tiene nueve plazas, está en una localidad que Apramp prefiere no revelar, por motivos de seguridad. 'No podemos arriesgarnos a que los proxenetas encuentren a las mujeres, como ya ha pasado en alguna ocasión, y, por venganza, las agredan', afirmaron fuentes de la asociación.
El piso de acogida ha sido cedido a Apramp por el Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima). Para ponerlo en marcha, Apramp cuenta con una subvención de la Consejería de Servicios Sociales y con la promesa del consejero de Trabajo, Luis Peral (del que depende la Dirección General de la Mujer) de que su consejería también va a apoyar el proyecto. 'Les voy a apoyar en todo lo que pueda porque me interesa mucho el trabajo de esta asociación', aseguró ayer Peral.
Tanto Apramp como el resto de asociaciones (en su mayoría religiosas) que trabajan con mujeres inmigrantes que han sido explotadas como prostitutas han coincidido siempre en que el apoyo económico de las instituciones públicas es fundamental para que estas mujeres, que no tienen documentación legal, salgan adelante. 'Necesitamos medios porque la demanda de ex meretrices que necesitan ayuda es muy grande y necesitamos más sitio para atenderlas', afirmó Rocío Nieto, responsable de Apramp. Y añadió: 'Mucha gente habla del tráfico de mujeres y de que hay que sacarlas de la prostitución y evitar que sigan siendo explotadas, pero, además, hay que poner interés y dinero'.
En lo que va de año, Apramp ha acogido a 19 mujeres inmigrantes (de países de Europa del Este, África y Latinoamérica) que han sido introducidas clandestinamente en España por redes mafiosas que después las obligan a prostituirse.
Hasta que el piso esté listo, las ex meretrices se instalan, con otras ex prostitutas que no han sido víctimas de mafias, en un piso de acogida en la capital madrileña. El primer paso es quitarles la angustia que sufren. Las educadoras no las dejan solas ni un momento para que no se desmoronen anímicamente. Incluso las acompañan en todas las actividades que realizan fuera del piso de acogida, como ir al cine o a pasear. Además, las trabajadoras de Apramp intentan convencerlas para que denuncien a los ex proxenetas y acudan a testificar contra ellos ante el juez. 'Ahora tenemos tres búlgaras de entre 18 y 26 años. Una ya ha presentado denuncia contra sus ex proxenetas y las otras dos se lo están pensando', comentaron fuentes de Apramp. En la asociación asesoran a las ex meretrices sobre lo que prefieran hacer en el futuro: volver a su país o quedarse en España. Si las mujeres presentan la denuncia y no desean regresar a su país de origen,pueden acogerse al artículo 59 de la Ley de Extranjería y evitar su expulsión: 'El extranjero sin documentación o documentación irregular y víctima de explotación en la prostitución podrá quedar exento de responsabilidad administrativa, y no será expulsado si denuncia a las autoridades competentes a los autores o cooperadores de dicho tráfico'. Además, las mujeres son protegidas a través de la Ley Orgánica 19/1994 de Protección de Peritos y Testigos.
Unidad móvil
En algunos casos, muy pocos, huyen del piso de acogida y vuelven a prostituirse. Pero la mayoría se queda y empieza una nueva vida. Las ex prostitutas asisten a clases de castellano en Apramp, después tratan de sacarse el Graduado Escolar e intentan conseguir un empleo.
Además de la labor en los pisos de acogida, Apramp tiene una unidad móvil con la que recorre a lo largo de la semana los lugares de Madrid donde miles de mujeres ejercen la prostitución, principalmente la Casa de Campo y la zona centro. 'Nuestra tarea consiste en darles, por ejemplo, información sobre sexo seguro, ya que muchas utilizan mal el preservativo, o sobre campañas de empadronamiento. Además, tenemos un servicio de emergencia para ayudar a las prostitutas en caso de agresión o violación', explicaron fuentes de Apramp. A través de este servicio, la asociación hace un primer contacto para que las prostitutas sepan que, si escapan de sus proxenetas, tienen un sitio al que acudir y dónde recibirán ayuda.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.