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Crítica:POESÍA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Al borde del nihilismo

Manuel Rico

'Todos los poemas son actos de amor, y de fe'. Así respondía Raymond Carver a una pregunta sobre el sentido de su poesía. Roger Wolfe ha sido, desde su iniciático Días perdidos en los transportes públicos (1992), un escritor no ajeno a la influencia del norteamericano. Es, pues, inevitable, aludir al realismo sucio en la poesía de Wolfe. Como lo es preguntarse si la definición de Carver es aplicable al enfoque con que el poeta hispano-británico afronta la creación poética.

La escritura de Roger Wolfe descansa sobre dos columnas: una expresión seca y fuertemente irónica y una mirada no complacida ni complaciente hacia la realidad. Ambos ingredientes caracterizan, también, los 5 relatos y los 31 poemas de que se compone El arte en la era del consumo, un volumen híbrido con el que Roger Wolfe cierra el ciclo iniciado a principios de los noventa con su primera entrega. El título, que aparenta ser una puerta a la reflexión sobre la función de la poesía (y, más allá, del arte) en las sociedades contemporáneas, no tiene una clara (sí indirecta) correspondencia con el contenido de los textos que integran el libro. Hay escenas urbanas, estados de ánimo, breves meditaciones sobre el sentido de la existencia y de la escritura, subjetivizaciones de actitudes violentas (Los culpables, Violencia, Suerte) y acercamientos a lo cotidiano. En todos ellos es perceptible un desapego mordaz, casi despectivo, hacia cualquier pauta social o moral y una visión radicalmente pesimista, en el límite de lo autodestructivo, de la realidad y de la condición humana. Es ahí, en ese enfoque, donde los poemas y relatos de Wolfe se alejan tanto del peculiar realismo de Carver, quien siempre mantiene una puerta abierta al misterio y a la felicidad, como de cierta poesía crítica con los valores dominantes que suele combinar la mirada compasiva y solidaria hacia las víctimas con la iluminación de algunos rasgos de un imaginario alternativo, algo así como lo que el filósofo Ernst Bloch llamó 'principio esperanza'. Es evidente que estamos ante poemas que Wolfe concibe, parafraseando a Carver, como 'actos de amor' por las palabras ('son lo único que tengo', afirma en uno de sus poemas), pero no para dibujar con ellas apelaciones a una nueva o distinta moralidad, sino para mostrarnos un mundo parecido al abismo ('todo es mentira', escribe en otro), con toda la carga nihilista que ello conlleva. La chispa lírica con que, en el contexto de su opción estética despojada y directa, a veces sorprende al lector surge, siempre, en la distancia corta, es decir, en el poema. Casi nunca en los relatos (tal vez en el primero), textos que más que añadir intensidad y sentido al volumen se lo restan. En cualquier caso, el libro de Wolfe tiene el mérito de situarnos ante el peligroso vacío cultural y existencial que amenaza a las sociedades posindustriales.

EL ARTE EN LA ERA DEL CONSUMO

Roger Wolfe Sial. Madrid, 2001 92 páginas. 1.500 pesetas

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