Rescatados tres cadáveres del 'Kursk'
La fiscalía de Rusia asegura que los cuerpos del submarino nuclear podrán ser identificados
Los familiares de las víctimas del Kursk, el submarino nuclear que se hundió el año pasado en aguas del mar de Barents tras una explosión aún no esclarecida, podrán ya enterrar a sus muertos. Los investigadores de la fiscalía rusa que están revisando las cámaras del Kursk recuperaron ayer los tres primeros cadáveres de los más de cien que teóricamente puede haber todavía en el interior del submarino nuclear.
El Kursk, que desde el lunes se encuentra en un dique seco de Rosliakovo, se fue a pique el 12 de agosto del año pasado con toda su tripulación, 118 hombres en total. En otoño de 2000 sólo se logró sacar a 12 cadáveres de la novena cámara, en la que, según la nota dejada por el teniente capitán Dmitri Kolésnikov, se habían reunido 23 marinos. El fiscal general, Vladímir Ustínov, dio ayer a entender que los cuerpos están en condiciones relativamente reconocibles. 'Pensamos que sería mucho peor', comentó Ustínov, que dirige personalmente el grupo investigador del Kursk. Ayer revisaron tres cámaras, pero ni en la séptima ni en la octava encontraron cadáveres; los tres cuerpos fueron hallados en la novena y, según el fiscal general, podrán ser identificados rápidamente.
Las labores de búsqueda y recuperación de los marinos que componían la tripulación del Kursk continuarán las 24 horas del día, aseguró Ustínov, quien agregó que la principal tarea ahora es encontrar todos los cuerpos que pueden quedar en el interior del submarino.
Los compartimientos donde se encontraban los 22 misiles de crucero Granit no sufrieron deformaciones, según pudieron verificar los especialistas, pero en uno de ellos posiblemente hay agua. Sólo después de que se seque, comenzarán a desmontarlos. Pero lo más importante para el comandante en jefe de la Armada rusa, Vladímir Kuroyédov, es garantizar que los dos reactores nucleares, que se encuentran en las cámaras 5 y 5-bis, no representen peligro alguno. A ambas cámaras han conectado un sistema de calefacción para impedir que el agua pueda congelarse, explicó el almirante. Kuroyédov señaló que, por desgracia, todavía no han encontrado la grabadora con las órdenes que se daban desde el puesto de mando durante las maniobras del año pasado y que podrían ayudar a aclarar las causas de la tragedia.
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