Italia tramita una amnistía fiscal parcial para repatriar 360.000 millones de euros
La Cámara de Diputados aprobó ayer, por 331 votos a favor frente a 237 en contra y en medio de grandes protestas de los parlamentarios del centro-izquierda, el proyecto de ley que consentirá el regreso a Italia del capital nacional 'refugiado' en el extranjero. Una suma ingente que el Banco de Italia calcula en torno a 360.000 millones de euros (unos 60 billones de pesetas), perteneciente únicamente a ciudadanos privados.
La ley, que el Ejecutivo de Silvio Berlusconi espera aprobar en el plazo de días en el Senado, permitirá a quienes decidan acogerse a ella reintroducir en el país el dinero retenido fuera con una mínima penalización del 2,5% y en el más total anonimato. Para la oposición se trata exclusivamente de 'una amnistía para los evasores fiscales', en palabras del ex primer ministro Massimo D'Alema, que 'penaliza a los honrados italianos que han pagado rigurosamente los impuestos sobre su patrimonio'.
El temor a un debate interminable -la oposición presentó decenas de enmiendas y la casi totalidad de los diputados pidieron hacer uso de la palabra-, o a sorpresas derivadas del voto secreto, decidió al Gobierno a convertir la votación sobre la ley en un voto de confianza, una fórmula que agiliza enormemente el trámite y con la que el Ejecutivo no arriesgaba su permanencia dada la amplia mayoría parlamentaria.
El ministro de Economía, Giulio Tremonti, defendió el proyecto de ley, que dijo, 'beneficiará a los pequeños ahorradores'. 'El Gobierno ha consultado al Banco de Italia, a la Guardia de Finanza y a la Oficina Italiana de Cambios sin que nadie haya expresado reservas sobre la ley', añadió Tremonti.
Dinamizar la economía
El propio Berlusconi justificó la medida tomada por el Ejecutivo hace semanas como una fórmula para dinamizar la economía del país. La idea es que el dinero así recuperado pueda ser invertido por sus propietarios en la financiación de algunas de las obras públicas que se propone emprender el Gobierno, entre ellas el puente sobre el estrecho de Messina que une la península con la isla de Sicilia.
La Casa de las Libertades ha acogido una decena de enmiendas presentadas por la oposición, entre ellas el endurecimiento de los controles 'antirreciclaje' para evitar que la nueva normativa sea un coladero por el que se filtre en el país el dinero negro procedente de negocios dudosos. Sólo podrá emerger el dinero colocado en el extranjero con anterioridad al 1 de agosto de 2001.
Aun así, El Olivo considera que la normativa representa una especie de tapadera para amnistiar la evasión fiscal, que, unida a la reciente ley que suprime el delito de falsificación de balances contables, podría terminar favoreciendo al grupo empresarial del propio primer ministro Silvio Berlusconi.
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