Hollywood reinventa el género de robos
De Niro y Brando, cara a cara
En una época en la que las películas de vaqueros están muertas, las de detectives van por el mismo camino y las comedias sólo pueden ser para adolescentes, Hollywood ha sentido la necesidad de reinventarse, desempolvando uno de sus géneros más lucrativos y que suele guardar un lugar especial en la memoria: las películas de robos. 'Siempre han sido mis preferidas, un género al que le tenía muchas ganas y del que no he visto mucho bueno últimamente porque, para qué negarlo, incluso el original de Ocean's Eleven no era muy bueno por mucho que me gustara. Por eso he querido hacer mi propia versión', confesaba Steven Soderbergh cuando comenzó el rodaje de su próximo estreno, que llegará a las pantallas estadounidenses antes de navidades con un reparto que incluye a George Clooney, Brad Pitt, Julia Roberts y Andy García, entre otros. Está claro que durante el tiempo que ha transcurrido desde este rodaje en Las Vegas, Soderbergh no ha podido enterarse de la temporada cinematográfica que le rodea, porque si hay algo que no falta ahora en Hollywood son las ganas de robar. Puede tratarse de joyas, como en Un golpe maestro, que se estrena hoy en las pantallas espñolas, Don't say a word, Heist o The affair of the Necklace, o puro dinero, como en Bandits o High heels and low lifes. La fiebre incluso sobrepasa las fronteras con el próximo estreno en Los Ángeles de la argentina Plata quemada, la historia de dos atracadores de bancos en la Argentina de 1965. Eso sí, todas responden a las mismas reglas marcadas en 1964 por Topkapi: 'En cualquier robo hay tres puntos cardinales. Un plan minucioso, una ejecución limpia y una huida perfecta'.
'Es cierto que existe una cierta fascinación con el mundo de los ladrones, quizá porque en su fuero interno la gente disfruta el riesgo de cometer un robo sin estar en peligro', intenta explicar Bruce Willis tras su paso por Bandits. 'Es un género escapista y bastante inocente. En general, las películas de atracos de bancos o de trenes tienen más ingenio que violencia aunque hay de todo', corrobora su compañero de fechorías, Billy Bob Thornton. Entre los dos no llegan a gran cosa como ladrones en la vida diaria y Willis no pasa de los caramelos -'cuando era niño', puntualiza- mientras que Thornton reconoce haber robado algo de ropa y un telescopio 'en una correría nocturna, hace años, de la que no estoy muy orgulloso'.
Un golpe maestro es uno de los mejores ejemplos del ingenio por encima de la violencia a la hora de robar, donde la trama apela principalmente a lo que se conoce como atracos de guante blanco. 'La razón por la que acepté hacerla es que nunca la consideré una película de género. Siempre fue una historia personal en la que hay un robo', explica su director, Frank Oz, capaz de reunir en su reparto a tres diferentes generaciones de ladrones con Marlon Brando, Robert de Niro y Edward Norton como protagonistas. 'Siempre he tenido un pequeño impulso de cleptomanía pero nunca ha pasado de ahí', se disculpa Norton antes de añadir que le falta el coraje para realizar este deseo fuera de la pantalla. 'Sólo recuerdo haber robado una barra de Toblerone en un supermercado francés cuando era adolescente.El único plan que tuve fue buscarme un buen abrigo con buenas mangas', recuerda. Considerado uno de los mejores actores de su generación, Norton suplió su desconocimiento del otro lado de la legalidad con un mes de preparación la policía de Los Ángeles encargado de robos, además de revisar sus películas preferidas. 'Es un género que siempre me ha encantado, las películas de robos perfectos y las de póker, llenas de cacharritos y jerga especializada', recuerda Norton de una preparación sólo comparable con la de De Niro, 'conocido por su meticulosidad en el detalle'. Con este reparto, Oz no tuvo más remedio que enfrentarse al robo de la manera más realista y si bien hubo un repaso de clásicos del género, los verdaderos preparativos vinieron de Mick. 'Se trata de un amigo de De Niro que había utilizado con anterioridad como asesor técnico y que conoce bien el mundo de las cajas fuertes', añade Oz.
Babelia
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