El Consell controla las emisiones de las antenas de telefonía móvil

En principio son los operadores los que tienen la obligación de controlar sus propias antenas para garantizar que las emisiones radioeléctricas que lanzan las estaciones desde las azoteas de los edificios y otros puntos elevados de los núcleos habitados cumplen los niveles marcados. Pero la Generalitat valenciana se ha comprometido a inspeccionar por su cuenta la radiación. Según explicó Ripoll, para garantizar 'que los niveles de emisiones radioeléctricas a los que están sometidos [los ciudadanos] cumplen la normativa aprobada y reconocida en el ámbito europeo y para divulgar que un adecuado servicio de comunicaciones móviles es posible con un nulo riesgo sanitario'.

Según los expertos que asistieron el viernes en Valencia a una jornada sobre Las telecomunicaciones en el entorno urbano, la comunidad científica ya ha demostrado que los niveles de la normativa estatal suponen un 2% del nivel de radiación para el que hay garantías de que no produce ningún efecto sobre la salud humana. Es decir, se tendrían que superar con creces las emisiones usuales para que se llegaran a producir daños posibles: desde simples dolores de cabeza hasta numerosos tipos de cáncer.

Las mediciones se realizarán en colaboración con el Instituto de Aplicaciones de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones Avanzadas (ITACA) de la Universidad Politécnica de Valencia, dirigido por el catedrático Elías de los Reyes. Ayer se midió las emisiones en las terrazas próximas a tres antenas de Manises, así como en el punto de confluencia de las mismas (avenida de Blasco Ibáñez con el paseo Guillermo de Osma). Todas las mediciones cumplieron ampliamente los límites legales.