Fernández Díaz propone a Maragall reproducir los acuerdos PP-PSOE

Si el PP y el PSOE han sido capaces de alcanzar grandes pactos de Estado en el Congreso, ¿por qué no conseguirlos en Cataluña? El presidente del PP catalán, Alberto Fernández Díaz, propuso ayer a Pasqual Maragall que se esfuerce por reproducir en Cataluña este mismo modelo, más allá de las diferencias ideológicas entre ambos partidos, y por consensuar pactos sobre las líneas básicas de gobierno.

Los populares querían convencer a Maragall para que se alejase del bloque de izquierdas y se sumara a la alianza con Convergència i Unió, que 'da estabilidad' a Cataluña.

Fernández tan sólo puso una condición al candidato socialista: que el PSC abandone su complicidad con Esquerra Republicana y renuncie a las reivindicaciones de mayor calado soberanista, por ejemplo la defensa de la autodeterminación de Cataluña. Sólo así, dijo, conservadores y socialistas podrán ir cogidos del brazo en el Parlament, aunque sea esporádicamente, como lo han hecho en Madrid en asuntos como el pacto antiterrorista, el pacto de la justicia y la renovación del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial. La oferta que el PP lanzó a los socialistas abarcaría puntos como la nueva ley de organización territorial, la descentralización administrativa de la Generalitat y la reforma del reglamento del Parlament.

Nada hacía presagiar que Fernández y Maragall se trataran ayer en la Cámara con la exquisitez y deferencia con que lo hicieron, más cuando el PP había anunciado de antemano su voto en contra de la moción de censura. Y ello a pesar de que el dirigente popular se permitió desde la tribuna dar consejos políticos al candidato del PSC, incluso en cuestiones de estrategia electoral y parlamentaria.

En opinión del PP, los socialistas se equivocan en su empeño de buscar la connivencia de Esquerra, el partido que significa una 'visión excluyente del nacionalismo', el que 'levanta muros en la sociedad' y 'construye líneas divisorias entre los catalanes y los no catalanes'. Porque con esta línea de actuación, añadió Fernández Díaz, los socialistas catalanes menosprecian a los votantes socialistas que 'también se sienten orgullosos de ser españoles' y, si continúan por este camino, jamás podrán obtener su apoyo electoral. 'Usted no puede continuar con estos planteamientos de agrietar mayorías de gobierno y de querer instalar en la Generalitat un batiburrillo, una sopa de letras de siete partidos', le espetó.

Culto a la personalidad

Para eso, Fernández Díaz invitó a Maragall a sumar sus votos a los de Convergència i Unió en las grandes cuestiones políticas. 'Aunque usted y Pujol quieran diferenciarse, en realidad son lo mismo. Ambos sufren un culto excesivo a la personalidad y son la prolongación de una misma forma de gobierno. Pujol es el virrey y usted el príncipe'.

Fernández Díaz hizo suyos los argumentos convergentes y calificó de inapropiada la moción de censura y avanzó su voto negativo porque el proyecto político del PSC 'no coincide' con el del Partido Popular.

El candidato socialista aceptó el reto del consenso. 'Ayúdenos a convencer al Partido Popular para cambiar la Ley de Estabilidad Presupuestaria', le respondió en tono irónico. Fue una de las pocas licencias que se permitió Pasqual Maragall contra Fernández Díaz. A veces le regaló los oídos: 'Yo no dudaré nunca de la catalanidad del Partido Popular', afirmó el dirigente del PSC, pero le recomendó 'tener más personalidad y autonomía en Cataluña y hacer honor a la C de Cataluña que han añadido a sus siglas'. 'Porque', agregó, 'ustedes, al contrario que el PP de Madrid, no tienen ninguna influencia en la manera de gobernar en Cataluña'.

No obstante, Maragall calificó de imposibles los acuerdos en solitario con el PP porque representan opciones 'lejanas' y 'distantes'.