Un estudio revela que el cambio climático acabará con parte del bosque mediterráneo
Se calcula que la humedad del suelo disminuirá un 25% en los próximos 50 años
Investigadores españoles han elaborado un modelo que permite simular en ordenador cuál va a ser el comportamiento del bosque mediterráneo a medida que se vea sometido a los efectos del cambio climático. Sus conclusiones apuntan a que los bosques pueden desaparecer de amplias zonas del sur de España debido al desfavorable balance hídrico resultante del calentamiento del planeta. Asimismo, las reservas hídricas del suelo pueden disminuir un 25% en los próximos 50 años. Los bosques tienen un interés científico primordial en el estudio del cambio climático.
Los investigadores del Centre de Recerca Ecológica i Aplicacions Forestals (CREAF), ubicado entre Barcelona y Bellaterra, llevan años estudiando los ecosistemas forestales mediterráneos. Entre otros trabajos, un equipo de científicos dirigido por Carles Gràcia ha elaborado un complejo modelo del funcionamiento del bosque que permite hacer estimaciones sobre situaciones futuras. La aplicación de este modelo a los escenarios de cambio climático que se prevén a medio plazo dibuja un panorama poco halagüeño para el futuro del bosque.
El paulatino incremento del CO2 y de la temperatura provocará el aumento del metabolismo y de la transpiración de los vegetales, y esto se traducirá en un mayor gasto de agua por parte de los árboles. Y si en un futuro los árboles consumen más agua pero sigue lloviendo lo mismo que ahora, el balance final hace prever que las reservas hídricas del suelo van a disminuir un 25% en los próximos 50 años en el Mediterráneo español.
¿Qué consecuencias prácticas se derivan de esta estimación? Sin duda pueden ser muy considerables si se tiene en cuenta que la reserva hídrica del subsuelo es la que permite que los árboles puedan resistir los periodos de sequía, sobre todo la estival, señalan los investigadores. Y los bosques españoles de las regiones más secas ya viven actualmente al límite de su viabilidad, dada la escasez de las lluvias y la gran evapotranspiración que soportan.
Por tanto, la disminución de un 25% del agua en el suelo puede suponer, simple y llanamente, la práctica desaparición del bosque en extensas regiones del sur español. Dentro de unas pocas décadas, según Gràcia, 'los montes de diversas áreas españolas de poca pluviosidad como Valencia, Alicante, Murcia o muchas zonas de Andalucía, tendrán serias dificultades para soportar masas arboladas'.
¿Qué sucederá, pues, con estos bosques amenazados? 'Seran sustituidos por formaciones arbustivas, menos consumidoras de agua', afirma Gràcia. En las áreas mediterráneas más lluviosas, el bosque podrá permanecer, pero los árboles más consumidores de agua serán sustituidos por especies menos exigentes. Así, es de esperar, por ejemplo, que los robles pierdan terreno frente a las encinas.
Otro efecto de esta disminución del agua del suelo es que, obviamente, bajará menos cantidad de agua por los ríos. Precisamente, en círculos científicos se ha denunciado que los responsables del Plan Hidrológico Nacional han ignorado esta previsión, y que el caudal del Ebro va probablemente a disminuir de manera apreciable en los próximos años.
Hay que tener en cuenta que en los ecosistemas mediterráneos no sobra ni una gota de la poca agua que cae. Estudios realizados por el CREAF en las montañas de Prades (Tarragona) indican que el bosque denso transpira entre un 80% y un 90% del agua de lluvia que recibe, que en el caso de Prades se cifra en unos 550 litros anuales por metro cuadrado. Es decir, las necesidades de transpiración de los árboles dejan muy poca agua disponible para alimentar los ríos.
En todo caso, las previsiones del CREAF aquí comentadas se aplican al mejor de los escenarios posibles, es decir, que en un futuro llueva la misma cantidad de agua que ahora. Sin embargo, hay estudios que indican que probablemente lloverá menos, o que aumentará la estacionalidad y que el agua caerá de manera más concentrada en periodos muy concretos del año. En ambos casos, las previsiones sobre el futuro del bosque podrían empeorar sensiblemente.
Los bosques, y en general la capa de vegetación del planeta, son clave en muchos procesos fundamentales del cambio climático, como el ciclo del carbono, procesos que están aún rodeados de incertidumbres científicas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.