No sin las mujeres

Nos ha sorprendido gratamente el texto de Soledad Gallego-Díaz No sin las mujeres, publicado en EL PAÍS el día 9 de octubre de 2001. Nos ha interesado por la novedad que supone encontrar en los medios de comunicación una lectura sexuada de los graves acontecimientos bélicos en Afganistán.

Queremos agradecer a Soledad Gallego-Díaz que haya utilizado palabras verdaderas que hablan de lo que tiene / tenemos ante los ojos porque nos ayuda a clarificar lo que está pasando. Dejando a un lado la retórica dominante, homologante y normativa, ha barrido de un plumazo el discurso de la supuesta neutralidad sexual -que, como es sabido, acaba siendo un discurso masculino-, poniendo de manifiesto que ésta es una guerra hecha por algunos hombres que entienden la política como algo ajeno a la vida.

Nos ha gustado que haya sacado a las mujeres afganas de la insignificancia, que nos haya hablado de la violencia, de las guerras que llevan soportando. Así como de la invisibilidad de las mismas y de la instrumentalización que ha hecho de ellas Occidente.

La inutilidad de esta guerra, y de todas las guerras, la hemos querido encontrar implícita en el interrogante planteado al final y que para nosotras dice así: ¿hasta cuándo algunos hombres, poderosos, de Oriente y de Occidente, cristianos, musulmanes, judíos, van a seguir anteponiendo la guerra a las palabras, al diálogo, al entendimiento, a las relaciones productivas entre hombres, entre mujeres y entre hombres y mujeres?