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Trabajo sólo ha subvencionado 1.300 contratos de relevo en dos años por el desinterés empresarial

El Gobierno pretendía sustituir 15.000 trabajadores mayores por parados en cinco años

Los datos de los dos primeros años de plena vigencia del modelo vasco de contrato de relevo muestran que las empresas tienen poco interés por él, a pesar de que cuenta con importantes subvenciones. Entre el año 2000 y los nueve primeros meses de 2001 sólo se han firmado 1.308 contratos, menos de una cuarta parte de los previstos. El Gobierno vasco, que ha subvencionado con 1.015 millones de pesetas estas contrataciones, va a realizar una evaluación para conocer por qué no ha funcionado esta fórmula, que pretende sustituir a trabajadores mayores de 60 años por jóvenes en paro.

El contrato de relevo fue modificado en el año 1999 por el Gobierno central para convertirlo en una modalidad de trabajo a tiempo parcial. A él pueden acogerse los mayores de 60 años, con una reducción de la jornada máxima del 85%, sin perder derechos sobre su pensión de jubilación al llegar a los 65 años, siempre que su puesto sea ocupado por un joven en paro que se ocupe de la jornada que queda liberada. Sin embargo, la versión vasca de este contrato tuvo su origen en el Acuerdo Vasco por el Empleo, firmado en enero de 1999, que recoge el compromiso de las empresas de hacer fijo al relevista (que debe trabajar a jornada completa) y de mantener la plantilla durante tres años. A cambio, el Gobierno subvenciona a la empresa con una cantidad que oscila entre las 750.000 pesetas y los 1,5 millones de pesetas, en función de la situación personal y sexo del parado contratado. De esta forma, el Departamento de Trabajo introduce claras ventajas respecto al modelo estatal, pero también algunas obligaciones, por lo que algunas empresas lo pueden ver menos apetecible.

El contrato empezó a funcionar plenamente en el último trimestre de 1999, tras varias modificaciones. En esos tres meses se formalizaron un total de 51.

Sector industrial

El sector industrial es el que más utilización ha hecho del contrato de relevo vasco. En concreto, los empresarios dedicados a esta actividad suscribieron 256 contratos de los 656 firmados en el año 2000. Ni siquiera el Departamento de Trabajo conoce las razones exactas por las que el sector industrial es el único en el que ha funcionado. El sector servicios no ha entrado y las administraciones públicas tampoco.

Precisamente, aunque inicialmente el contrato de relevo no es de aplicación en la Administración y en sus organismos autónomos y empresas públicas, una cláusula del decreto que lo regula sí deja la puerta abierta a que se pueda utilizar en el sector público si lo pactan los sindicatos y los representantes de la administración en una negociación específica. Sin embargo, desde que se puso en marcha el contrato, a finales de 1999, no se ha constituido ninguna mesa de negociación. Y eso a pesar de que hay sectores, como el de la enseñanza, donde algunos sindicatos ven con buenos ojos la introducción de esta figura, que permitiría rejuvenecer una plantilla cuya edad medida ronda los 47 años de edad.

El director de Empleo y Formación del Ejecutivo autónomo, Jesús Antonio Monreal, considera que la revisión del funcionamiento del contrato permitirá comprobar el grado de satisfacción de las empresas, de los trabajadores que se han marchado y de los que han ocupado su lugar. En cualquier caso, Monreal apuntó que es una incógnita el tiempo que durará está fórmula de contratación, porque la tendencia imperante en Europa ya no busca acortar la vida laboral de las personas, sino alargarla.

El intento de reducir la alta tasa de paro juvenil que existe en Euskadi, y que tiene efectos tan negativos en el aspecto social y económico, fue lo que llevó al Gobierno vasco a idear junto a sindicatos y patronal alguna novedosa fórmula para facilitar la entrada en el mercado laboral a este colectivo. Aunque el contrato de relevo es una figura estatal, la versión vasca permitió concebir esperanzas al Gobierno de que incluso se podrían promover hasta 15.000 empleos juveniles. Monreal justifica esta previsión frustrada en tres circunstancias: 'El escenario en el que surgió la idea, con Gobierno, sindicatos y patronal debatiendo intensamente la forma de reducir el paro juvenil; la consideración de que la subvención motivaría lo suficiente y la esperanza de que los trabajadores se solidarizarían'.

Con esas expectativas, Trabajo reservó 1.900 millones de pesetas para subvencionar contratos de relevo en los Presupuestos de 2000 y 1.700 millones en la prórroga presupuestaria de 2001. El año pasado sólo se gastaron 535 millones y entre enero y septiembre de 2001 cerca de 500.

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